Pintando ‘Las Grúas’ gongorinas

La hispanista Amelia de Paz, a la luz de los resultados de las investigaciones llevadas a cabo, descubrió recientemente que el lugar que Luis de Góngora cantó en el nocturno ‘Donde las altas ruedas’, es el monumento de ‘Las Grúas’ de El Carpio, declarado Bien de Interés Cultural (BIC). A la importancia histórica del imponente edificio, una obra de ingeniería revolucionaria levantada siguiendo las trazas de San Juan de Ávila y fray Ambrosio Mariano Azaro, se une ahora su distinción como lugar gongorino. En este sentido, la conferencia 'Leer a Góngora', de Amelia de Paz, hispanista y experta en el poeta y dramaturgo español del Siglo de Oro, fue el primer punto de partida del taller de paisajismo ‘Donde las altas ruedas’, organizado en el marco de Scarpia XVII, que fue dirigido por Daniel Franca, reputado pintor y paisajista.

Para participar en el taller, la organización convocó -previa selección- a un total de doce pintores, llegados desde diferentes puntos de España. Daniel Franca, que basa su obra en visiones de espacios, planteó un segundo punto de inflexión en el inicio del taller. Con los ojos vendados, y además, de noche, los participantes en el taller, tuvieron su primer encuentro -en todos los sentidos- con el edificio de 'Las Grúas' y su entorno, sobre el que durante tres días, trabajaron a nivel pictórico. Y lo hicieron al aire libre, pisando y sintiendo el propio paisaje ribereño de ‘Las Grúas’, junto al río Guadalquivir, cerca de la ermita de San Pedro, y con el antiguo cebadero, como estudio creativo.

Como resultado final, un total de 12 cuadros, que entraban a concurso para ganar 500 euros como primer premio, y además, integraron la exposición instalada en la sala de muestras ‘Paqui Gavilán’ en el Palacio Ducal. El jurado, designado por el Ayuntamiento de El Carpio como organizador de Scarpia XVII, decidió que Guillermo Masedo, procedente de Madrid, se convirtiera en el Primer Premio del Concurso del Taller de Paisajismo 'Donde las altas ruedas'. Así, debido a la extraordinaria calidad de las obras realizadas, se designaron dos accésit, que recayeron en Agus Díaz Vázquez, de Huelva y Andrés Aparicio, onubense también.