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El patio de Pepe Espaliú

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Juan Velasco

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A la casa donde se alberga el Centro de Arte Pepe Espaliú en Córdoba se accede por una de las callejuelas más estrechas y pintorescas de la ciudad, Rey Heredia. Es un sitio de tránsito de turistas estos días en los que la capital y su peculiar arquitectura se convierte en un gran parque de atracciones por el que a veces se hace difícil caminar al ritmo habitual.

Por tanto, no es extraño que, si uno permanece unos minutos junto al museo, algunos de los turistas que pasan por delante se detengan y entren atraídos por el patio de luz que se atisba desde la puerta. La mayoría de los que entran, salen, eso sí, a los pocos minutos. Si les preguntan, no están seguros de lo que han visto. Nadie ha salido a atenderlos y a explicarles dónde se encontraban.

Hablamos de una casa-patio que data del siglo XVIII, anexa a la antigua Casa Carbonell, reconvertida en sede de Vimcorsa, y que, desde octubre de 2010, es un centro que expone parte del archivo personal que el padre de Pepe Espaliú cedió a la empresa municipal de vivienda. Ya en su momento, aquel museo dedicado a uno de los buques insignia del arte contemporáneo en Córdoba, llegó con retraso. Pero llegó y la ciudad y los amantes del arte contemporáneo lo celebraron.

Espaliú ya era entonces una figura reivindicada en España y en el extranjero tanto por el valor de su obra como por lo que significó su figura en la lucha contra el sida en los 90, antes de que la enfermedad se lo llevara. De hecho, hasta la apertura de este museo, su obra, que abarcaba múltiples registros, sólo se podía ver en el Museo Reina Sofía de Madrid y en la galería Tate Modern de Londres. En la actualidad, especialmente en los últimos cuatro o cinco años, ya se puede hablar de veneración nacional e internacional hacia Espaliú.

Sin embargo, aquel museo llamado a ser el centro neurálgico de interpretación de un artista complejo y poliédrico no ha terminado de despegar 7 años y medio después de su puesta en marcha. Y en ello ha pesado, según explica una fuente ligada al arte contemporáneo que prefiere permanecer en el anonimato, la “desidia institucional” y la propia “esquizofrenia cultural” del Ayuntamiento, que cuenta con una Delegación de Cultura (PSOE) por un lado, y una Empresa Municipal de Vivienda (IU), por otro, que están gestionando la misma política de arte contemporáneo.

Un cuerpo extraño en una empresa de viviendacuerpo extraño

Varias fuentes consultadas, incluso dentro del propio Ayuntamiento, coinciden en que hay cierta incomodidad con el “cuerpo extraño” que supone la gestión cultural de dos salas dedicadas al arte contemporáneo por parte de una empresa cuya razón de ser es otra. Más particularmente, se habla de incomodidad con los fondos y el Museo Pepe Espaliú, cuya última exposición data de febrero del año pasado. Y un centro que no tiene exposiciones acaba siendo un mausoleo, que es justamente lo que no querrían ni Espaliú ni su familia.

“No ofrecen nada nuevo. Tenerlo abierto y dejar allí a un policía es dejar morir al centro”, señala una de las fuentes consultadas, que además asegura -un dato que también han confirmado otras personas a este medio-, que Vimcorsa ha intentado de manera informal “endosar” los fondos de Pepe Espaliú a la Junta de Andalucía para que se queden y expongan en el Centro de Creación Contemporánea (C3A), que en enero del año pasado acogió precisamente la mayor retrospectiva del artista en Córdoba, con un número de obras que duplicaba las que se pueden ver en el museo que lleva su nombre.

A juicio de este experto, exponer la obra de Espaliú en el C3A sería “diluirlo como un azucarillo”. “La colección del museo es muy pequeña. Tiene mucha calidad, pero va pensada a medida del espacio que ocupa”. Hablamos de medio centenar de documentos, cartas, dibujos, fotografías y vídeos que Vimcorsa adquirió a un precio por debajo del mercado con el compromiso de activar el conocimiento y el legado del artista.

Por tanto no son extrañas las voces que opinan, en privado, que la situación actual del centro tras el cese de la relación laboral con las dos empleadas que trabajaban en él, y que han cedido el testigo a un guarda de seguridad sin capacidad de interpretación, es, en la práctica, “dejarlo fenecer”. “La solución no es cerrarlo. Es que lo asuma Cultura de una vez, que es la delegación que es competente. Porque al final van a poner al centro a los pies de los caballos, y ya han creado una situación en la que se está poniendo en tela de juicio el centro porque no entra nadie”, lamenta una de las fuentes consultadas.

Reducción de horario tras el cese del personal

De hecho, una de las primeras consecuencias de la nueva situación del centro es que se ha recortado su horario. Hasta ahora, según se puede ver en la web, el Museo Espaliú abría sábados por la mañana y por la tarde. Ahora, según explica el guarda de seguridad, el centro sólo abre los sábados de 10.00 a 14.00 horas, mientras que el turno de tarde, de 17.00 a 21.00 horas, aparentemente se ha suprimido.

Además, en mayo solía aprovecharse el dinamismo que genera el turismo y se ampliaba el horario de visita por las mañanas de martes a viernes de 11.00 a 14.00 horas. Esta semana, por el momento, tras la apresurada apertura que tuvo lugar tras permanecer cerrado durante todo el puente del 1 de mayo, el centro ha optado por no mantener el horario de mañana, que suele ser, además, el preferido para las visitas guiadas, que suponían una parte importante del total.

Así, este fin de semana y el próximo, si no se remedia, el Museo Espaliú será una casa patio fuera de concurso a la que los turistas accederán atraídos por su arquitectura y de la que se irán sin saber quién es Pepe Espaliú, el artista que rompió el tabú del sida en España. Todo ello, cuando apenas faltan seis meses para la conmemoración del 25 aniversario de su fallecimiento.

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