Un libro identifica medio centenar de edificios históricos desaparecidos en Los Pedroches
En los años 70 del siglo pasado, por increíble que parezca, fueron demolidos completamente los dos claustros del convento de San Diego de Hinojosa del Duque, fundado por los monjes franciscanos a finales del siglo XVI, para construir en su solar varios bloques de viviendas. A finales del siglo XIX, por su parte, el Ayuntamiento de Pedroche, necesitado de un terreno para ubicar el nuevo cementerio municipal, derribó lo que quedaba del convento de Nuestra Señora del Socorro, incluyendo claustros, celdas, biblioteca, iglesia y hospedería, borrando así del mapa un edificio fundado en 1510 con la contribución del Gran Capitán. En pleno siglo XX, en fin, desapareció por completo también un pueblo entero, El Soldado, que a principios de siglo tenía viviendas (y cuartel, escuelas y hasta iglesia) para los más de dos mil trabajadores empleados en las minas de plomo explotadas por la Sociedad Minero Metalúrgica Peñarroya.
Son solo algunos de los casos recogidos en el libro Patrimonio perdido de Los Pedroches, de Antonio Merino Madrid, que se presentará el próximo 2 de diciembre a las 19:00 en la sede de Industrias Pecuarias de Los Pedroches en Pozoblanco (C/ Cronista Sepúlveda, 18). La obra ha sido publicada por la editorial 17 Pueblos con la colaboración de la Diputación de Córdoba y la propia empresa eléctrica, que el año próximo cumplirá el centenario de su fundación.
En Patrimonio perdido de Los Pedroches se hace un recorrido, con gran aporte fotográfico, por unos cincuenta edificios del patrimonio histórico de Los Pedroches que han desaparecido totalmente durante los últimos dos siglos o se hallan en la actualidad completamente en ruinas. Se trata de conventos, castillos, iglesias, ermitas, fuentes, fábricas o viviendas particulares, entre otros, que se han visto afectados por guerras, disposiciones legales arbitrarias, fenómenos naturales o conductas personales destructivas y desidiosas. “Lo más sorprendente –apunta Antonio Merino- es que no estamos solo ante la desaparición física de edificios que en su día fueron muy relevantes, sino que, en muchos casos, la existencia de estos edificios se ha borrado también de la memoria colectiva de los pueblos que los acogieron”. El autor es Doctor en Filología Clásica, Cronista Oficial de Añora (Córdoba) y editor del blog Solienses de cultura en Los Pedroches.
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