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Javier Velaza, Premio Loewe 2025: “Hay quien prefiere instalarse en una ignorancia cómoda”

Javier Velaza, ganador del Premios Loewe

Juan Velasco

14 de marzo de 2025 14:07 h

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¿Qué valor tiene la poesía en tiempos de cultura del contenido y falta de atención? Esta es una de las cuestiones planteadas este viernes a la presidenta de la Fundación Loewe, Sheila Loewe, al último escritor galardonado con el Premio Loewe, Javier Velaza, y a Omar Castro Villalobos, que se ha llevado el reconocimiento a la creación joven.

Los tres han pasado la jornada en la Fundación Antonio Gala para jóvenes creadores de Córdoba, y han atendido a este periódico para reflexionar sobre el valor de lo poético en un sistema que parece premiar lo fugaz, e incluso peor, la nada. En este ámbito, el flamante ganador de la edición número 37, catedrático de Filología Latina y decano de la Facultad de Filología y Comunicación de la Universitat de Barcelona, se ha hecho con el premio con un título tan sugerente como Las ignorancias.

“Hay quien prefiere no saber e instalarse en una especie de ignorancia cómoda, hacer una zona de confort en la ignorancia”, reflexiona al respecto el escritor, que defiende que la poesía es una herramienta estupenda para llegar a donde las reglas de la investigación científica no pueden llegar por el momento. En su última obra, Velaza practica una especie de juego entre la curiosidad intelectual y la aceptación de lo inalcanzable.

Como explica el autor, hay múltiples formas de ignorancia que la filosofía y la poesía han explorado a lo largo de los siglos. “La ignorancia no es solo falta de conocimiento; puede ser metafísica, puede estar ligada al no saber absoluto, como lo sugieren los místicos o filósofos como Sócrates”. Y también está lo que él denomina el “homo ignorante”, el ser humano que, por miedo o por comodidad, decide permanecer en la ignorancia, evitando el conocimiento para no enfrentar la angustia que este genera.

Curiosamente, al mismo tiempo, Velaza cuestiona el propio peso que tiene el conocimiento a la hora de abordar la creación poética. “Acudir al poema desde una cierta ignorancia, es un excelente punto de partida”, apunta el escritor, quien añade ese proceso lleva al poeta a un lugar que no existe. Sin embargo, también defiende la construcción de una ética que valore la cultura, el humanismo, la educación, especialmente en tiempos de crisis.

Omar Castro: “Me interesa que el arte respire el aire convulso de su época”

En esa línea Sheila Loewe, presidenta de la Fundación Loewe, apostaba por el valor de la poesía como refugio. Loewe destacaba el creciente interés por la poesía en el contexto global. Como muestra, indicaba que al último certamen se han presentado más de dos mil poemarios de 39 países. A su juicio, esto evidencia que los premios como el Loewe siguen siendo un refugio importante para los creadores. Especialmente para los más jóvenes, que siguen viendo este tipo de premios como un trampolín.

Un ejemplo es Omar Castro, artista visual y poeta peruano, que se hizo con el reconocimiento como autor joven con el poemario Habitación persona sola, que explora la experiencia personal de la mudanza física, pero también la dimensión social y política de habitar una ciudad como Lima en medio de una crisis.

“Trato de pensar qué significa habitar un espacio, no solo una habitación o una casa, sino una ciudad, un país”, explicaba Castro, apelando a la colectividad frente a la individualidad, e invitando a reflexionar sobre las implicaciones sociales y políticas de la vivienda y la migración. De este modo, en su caso, la poesía se convierte en un espacio para repensar las crisis contemporáneas y las formas de resistencia y reflexión en tiempos convulsos.

E inmediatos. Sobre esto último, Castro, que tiene formación en el campo de las artes visuales, señala que la cultura del contenido sí que sitúa al lector o espectador frente a una experiencia distinta a la de ver una obra de arte o leer un texto literario. En cualquier caso, él mismo se reconoce hijo de su tiempo. “A mí me interesa el arte que converse, dialogue, respire el aire de su época... el aire convulso de su época, de hecho”, apostilla, antes de señalar que, en este momento, está embarcado en un proyecto centrado en la actualidad global, la migración y las crisis ecológicas, y que, en última instancia, reflexiona sobre por qué, para el ser humano, moverse es tan natural como lo es para las nubes.

Los dos autores acaban haciendo un alegato sobre la relevancia de la poesía en tiempos de incertidumbre política y medioambiental, aunque Velaza también se expone a hablar del impacto de las nuevas tecnologías en los trabajos creativos. “Hoy, las máquinas pueden acelerar procesos de creación, pero no trascienden la verdadera esencia de la creación artística”, reflexionaba el flamante premio Loewe, que remataba su reflexión asegurando que la poesía está muy por encima de lo que la inteligencia artificial puede hacer hoy en día.

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