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CRÓNICA

La historia de superación de una costurera que viste de fiesta al Gran Teatro

'El tiempo entre costuras' en el Gran Teatro
12 de enero de 2024 09:15 h

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Una historia de secretos y espionajes camuflada entre telas. El musical de El tiempo entre Costuras, basado en la obra homónima de María Dueñas, ha aterrizado en Córdoba este 11 de enero. Una primera función que se ha robado la atención de cientos de espectadores. Sira Quiroga, interpretada por Alba Cuartero, ha sido la protagonista de una aventura de superación y entrega por salir adelante. La historia transcurre entre los años de la Guerra Civil y la Posguerra, aunque fluye en distintas ubicaciones. 

La cita comenzaba a las 20:00, pero casi una hora antes ya había personas en las cercanías del Gran Teatro. Incluso, los que pasaban por allí se preguntaban en voz alta: “¿Qué espectáculo habrá hoy?”. Al entrar al edificio, era casi imposible encontrar un asiento libre en las localidades. Era el primer jueves después de las navidades, pero allí iba a comenzar una gran fiesta, una cita llena de música y lecciones que los cordobeses no se querían perder.

El telón se abre con una Sira Quiroga (Alba Cuartero) que acaba de perderlo todo. Una luz triste enfoca el escenario. Un amor “equivocado” ha provocado que pierda todo su dinero y se vea obligada a empezar una nueva vida. Ese mismo amor, la había llevado a Tánger, lejos de su familia. Pronto cambiará de ubicación y su vida empezará a teñirse de otro color. De Tánger a Tetuán, Sira encontrará nuevos amigos que le ayuden en esta nueva vida.

El encanto de los demás personajes también se ganaron el cariño del público. Candelaria (Teresa Alba), que desde el minuto uno da cobijo a la protagonista, transmite energía, fuerza y positivismo. Su gracia distintiva, su lenguaje cercano y sin pelos en la lengua ameniza y pone fin a las tristezas de Sira.

Además de su cante característico con un toque flamenco que pone patas arriba el comedor. Por su parte, Félix (Gustavo Rodríguez) también da el toque divertido a este show, un simpático amigo que le pone al día de toda la actualidad social. Rosalinda (Gema Bastante) que con su melena rubia al viento le regala al Gran Teatro una pieza musical digna de su glamour. Una amistad que será crucial en diferentes aspectos. Lejos de su vida cotidiana, la vida de Sira da un vuelco de 180 grados. Tratos ilegales, espionajes, secretos y la guerra también tienen cabida en esta historia.

De costurera a espía, y de música nostálgica a ritmos muy bailables. En El tiempo entre Costuras, los polos apuestos se atraen y la diversidad de sonidos y bailes hacen más rica esta velada. Incluso, durante el espectáculo se pueden ver coreografías en las que intervienen una gran parte del reparto. La técnica vocal del elenco es un hecho a destacar, ya que en todos los finales de cada pieza musical, el público no duda en regalarles cientos de aplausos y los “¡Bravo!” resonaban en el lugar.

La magia del teatro también ha tenido como protagonista a la escenografía. Una tarea que ha corrido a cargo de Ricardo S. Cuerda. Un trabajo que ha servido para transportar al público de Tánger a Tetuán, de Tetuán a Lisboa y de Lisboa a un taller de costura. Escenarios móviles, atrezo distintivo de cada ubicación, vestidos de lujo que colgaban del techo. Todo una maravilla visual que también “se movía” al ritmo de la música.

El vestuario es otro de los vehículos que ha transportado al público a los años 30. Vestidos por debajo de la rodilla y cabellos que lucían recogidos o semirecogidos peinados con ondas, tocados… pero también vestidos largos de fiesta, vestidos joya, vestidos de terciopelo con aberturas en el costado. Un sinfín de looks y estilos que se van viendo durante la trama. Los diseñadores han sido Lorenzo Caprile (Sira) y Marietta Calderón

Otros de los temas que ha participado en la historia ha sido el amor. Amores equivocados y amores que guardan incógnitas. La relación entre Sira y Marcus (Jan Forrellat) ha robado más de un suspiro al público y los ha tenido en vilo hasta el final de la obra.

Más de dos horas y media de música, baile, viajes secretos, encuentros, superación y empoderamiento. Un tiempo muy bien aprovechado.

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