Gata Cattana, eterno emblema de la creación joven
La poeta y rapera Ana Isabel García Llorente, conocida como Gata Cattana, ha sido la protagonista este martes de los actos culturales de Eutopía, un festival que nació hace 16 años con el más que apropiado subtítulo de festival de la creación joven. Y pocas personas encarnan mejor que Gata Cattana lo que es la creación joven.
Su prematura muerte, el 2 de marzo de 2017, a los 26 años, impidió observar, disfrutar -con total seguridad- y analizar cómo sería la madurez creativa de una artista que, sin embargo, ya era relevante, necesaria e influyente con apenas un poemario (La escala de Mohs) autoeditado y un disco (Banzai) que estaba a punto de ver la luz cuando la suya se apagó. Insisto: dos trabajos emblema de la creación juvenil.
El legado de la artista cordobesa es tan amplio que todavía hoy resulta imposible hablar de rap y poesía en Córdoba, Andalucía y España sin pensar en ella. Era el relevo natural. La gata sobre el tejado. La poesía cargada de futuro.
Y eso explica bien que, al igual que ha ocurrido con otros festivales como Cosmopoética o Planneo, Eutopía haya organizado este miércoles en la Casa de la Juventud el evento Tu oficio, poeta, en el que varias voces del rap y las letras han recordado a Ana Isabel García Llorente.
Entre ellas la poeta Alejandra Vanessa, que ha conducido el acto valiéndose para ello de los propios versos de Gata Cattana. Interludios emocionantes de un acto en el que ha habido baile, poesía y rap, y en el que ha estado presente la madre de la artista, extremadamente amable y cariñosa con cada uno de los participantes.
El campo de la poesía lo han cubierto tres recitales breves y sinceros, pura locura juvenil, a cargo de las poetas Elisa Campos, Victoria Fernández y Enrique Adamuz. Los tres han recitado obra propia sobre un manto musical de vinilos pinchados por el dj Juani Cash.
El rap, la otra pata de la gata, lo ha puesto una descarada Marga Fernández, que se ha subido al escenario un poco coja, al no contar con su hermano haciendo beatbox, y que ha optado por soltar unas bases sobre las que rapear. El baile, como preludio y epílogo, lo han puesto los alumnos de la escuela Boombapdance Studio, más jóvenes si cabe, y que han disfrutado de un acto en el que, estoy seguro, alguno se ha llevado un verso, una palabra, un oficio, de esa poeta que será siempre joven, eternamente joven, llamada Gata Cattana.
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