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‘Mistress’, el disco con el que Gabi Delgado conectó a D.A.F., Kraftwerk y Can

Gabi Delgado en el estudio de Conny Plank en 1982.

Juan Velasco

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Cuando el cantante y compositor cordobés Gabi Delgado (1958-2020) grabó su primer disco en solitario, su banda, la D.A.F. (acrónimo de Deutsch Amerikanische Freundschaft) acababa de sacar Alles ist gut, su mayor éxito y el disco que les convirtió en referentes de la escena punk alemana y, como dijo luego el mítico periodista británico John Peel, en una especie de padrinos del techno que estaba por venir.

En realidad, la D.A.F. son mucho más padrinos de la EBM (electronic body music), la música industrial y todos los subgéneros que lleven delante el apelativo dark (oscuro). Porque así era la música que crearon a finales de los 70 y los primeros años de los 80 este cordobés exiliado en Alemania y su compañero, el multiinstrumentista Robert Görl. El sonido de los D.A.F. era crudo, repetitivo, provocativo y simple. Era hijo del punk y, como tal, estaba hecho con un equipamiento electrónico rutinario, pero exprimido al máximo por los dos músicos y por su productor, Conny Plank, legendario responsable del acabado musical de los primeros discos de Kraftwerk, quienes, y de esto hay pocas dudas, fueron los verdaderos padrinos del techno.

Quizá por eso, para el que sería su primer disco en solitario, Gabi Delgado quiso buscar un sonido que se alejara de lo conocido, algo luminoso, suave y más sensual que explícito. Así es como nació Mistress, un disco que cumple ahora cuarenta años convertido como una rareza discográfica: un trabajo muy avanzado a su tiempo, pionero en muchas cuestiones, pero principalmente en mezclar sonidos latinos, electrónica y actitud punk.

Virgin, Conny Plank y Jaki Liebezeit

O no tan punk. La prueba de que Mistress no era un disco de la D.A.F. estaba en que lo distribuyó la multinacional Virgin. En parte porque Delgado, con su actitud sexualizada, sus parloteos ininteligibles en español y su energía magnética, se había convertido en una sensación entre los movimientos que empezaban a fraguarse mundialmente a partir de la música de sintetizadores.

La otra prueba está en la ambición con la que se abordó el disco, para el que este cordobés exiliado volvió a contar con Conny Plank como arquitecto de su sonido. Por aquel entonces, la alianza entre Plank y Delgado era mucho más que profesional. En una de sus escasas entrevistas, el músico cordobés explicaba, entre cigarro y cigarro en la plaza de la Corredera de Córdoba, que el productor de Kraftwerk era, ante todo, su “maestro”.

“Todo aprendizaje es bueno, pero lo mejor que te puede ocurrir es que tengas la oportunidad de aprender de alguien tan sólido como Conny.  Cuando coincidimos en el estudio juntos, nada giraba sobre la producción técnica, decíamos cosas como: 'el bass drum tiene que sonar como un oso enorme'. Nosotros no teníamos conocimientos específicos sobre la compresión, la ecualización o las frecuencias”, recordaba en una entrevista para la revista alemana Kaput.

Tras su encuentro, cuando Conny Plank produjo los primeros discos de D.A.F., Delgado acabó siendo su asistente durante seis meses. “Y así es como aprendí todo: desde dónde colocar el micrófono, a cómo programar los ritmos”, explicaba el músico cordobés sobre su relación con Plank, que por aquel entonces, además de ser el responsable del sonido final de los discos de Kraftwerk y Neu!, era uno de los productores e ingenieros de sonido más importantes de la industria musical alemana: “el Phil Spector del krautrock”, como escribió alguien sobre él.

Así que, con Virgin poniendo la pasta para el disco, Delgado se metió en la casa de Plank, donde tenía su estudio, entre octubre y noviembre de 1982, para grabar lo que acabó siendo Mistress. En las sesiones participaron casi una veintena de músicos: del bajista nortamericano Raoul Walton, al trompetista Gerd Dudek, pasando por su propio hermano Eduardo López, que formaba parte de la banda de industrial Die Krupps. 

Aunque el nombre clave del disco fue el del percusionista Jaki Liebezeit, el legendario batería del grupo Can, artífice del ritmo motorik que definió el sonido krautrock, y que andaba por entonces experimentando con el dub y la electrónica. Liebezeit y Plank ya habían colaborado juntos, la última, en el disco Phew, aunque no en un estilo como el que Plank y Delgado tenían en mente. Así, el batería acabó firmando parte de la percusión en cinco de los seis temas del disco, aunque en un registro totalmente distinto al que estaba habituado.

En cualquier caso, la incorporación de Jaki Liebezeit permitió a Delgado hacer de eslabón entre tres de los grupos más míticos e influyentes del sonido alemán: la voz de la D.A.F., el ritmo de Can y los sintetizadores de Kraftwerk.

A la hora de la verdad: la ambición fue mayor que el éxito. Mistress salió en 1983. En total, incluyó seis canciones. 32 minutos de música, que supusieron un cambio bastante notorio respecto a su trabajo previo y con un acabado sonoro que no terminó de cobrar sentido, en parte porque el registro vocal cacofónico de Delgado no se acabó de adaptar a la dispersión estilística del disco, una mixtura que hoy parece mucho más natural de lo que sonaba entonces.

Protominimal music, punk funk neoyorquino y house de Chicago

Precisamente por ello, el primer LP de Delgado puede ser visto como una especie de ensayo-error de muchas ideas que estaban por estandarizarse en el mundo de la música electrónica, demostrando así la capacidad del cantante y compositor para adelantarse a su tiempo.

Mucho más cerca del funk sintético y el techno pop que del punk, Mistress se puede entender como otro trabajo pionero capaz de llegar a muchas escenas a partir de la experimentación. La base, no obstante, no era algo excesivamente novedosa: hay en él mucho del sonido post punk que se estaba desarrollando paralelamente en la Nueva York de la época y que estaban explotando bandas como Talking Heads, Suicide o Arthur Russell.

También tenía su condimento de lo que estaban haciendo en Londres -ciudad en la que vivía entonces Delgado- proyectos como Jah Wobble, que precisamente ese mismo año también se apoyó rítmicamente en Jaki Liebezeit para dos discos esenciales de sonido ligeramente similar y que han envejecido mucho mejor que Mistress: Full Circle y Snake Charmer.

Al mismo tiempo, la influencia de la música disco y el primer house de Chicago en Mistress es especialmente palpable en temas como Amor o History of a Kiss (cuyo single salió con una portada que incluía un guiño a España en forma de cuadro con una flamenca). Mientras, su interés en mezclar lo sintético y lo latino brillan sobre todo en Victim, verdadera joya del LP: un corte con un 4x4 y producción minimal casi precursora del sonido berlinés que desde mediados de los noventa exportaron otros productores exiliados en Berlin como Ricardo Villalobos o Senor Coconut, que han confesado su deuda con Delgado en alguna ocasión.

A pesar de que Mistress no fue el éxito que esperaba, Delgado, en realidad, siguió como si nada. En los meses que siguieron al lanzamiento de su primer disco, el músico cordobés volvió a grabar otro trabajo con D.A.F. y volvió a instalarse en Berlín, donde se zambuyó de cabeza en el house y la música electrónica de baile, siendo parte activa del movimiento que organizó las primeras raves en Berlin.

Además, se convirtió en productor de referencia, con proyectos tan influyentes como Delkom o 2 German Latinos, ambos junto a la cantante Saba Komossa, que sirvieron banda sonora a las noches de fiesta posteriores a la caída del muro de Berlín y que son claves para entender el sonido de sellos como International Deejay Gigolo (Dj Hell, Miss Kittin & The Hacker o David Carretta), así como del movimiento Electroclash, en los que tuvo una influencia obvia.

Desde la publicación de su primer LP, Delgado se tomó otros 30 años en sacar uno nuevo con su nombre. Lo tituló Eins (uno) como si Mistress nunca hubiera existido. Otra vez entregaba algo totalmente distinto, con un sonido mucho más parecido a su trabajo con la D.A.F. que a su anterior aventura en solitario. También mucho más underground y sin multinacionales ni grandes productores de por medio.

Conny Plank una vez le dijo al músico cordobés que ser artista no era suficiente, que había que ser también empresario y diseñador y, lo más importante, que ligara siempre su obra artística a su personalidad. Delgado acabó siendo un maestro en ello hasta que le llegó la muerte, sin nadie esperarla, en marzo de 2020.

Nunca pudo, por cierto, defender su música en Córdoba. Delgado murió sin haber hecho nunca un concierto en la ciudad en la que nació y a la que volvía de vez de en cuando.

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