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Qué ver y visitar en Córdoba en una escapada de fin de semana

Vista aérea de la Mezquita Catedral.

Redacción Cordópolis

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Córdoba es una de las capitales españolas de tamaño medio con más atractivos turísticos. Llena de historia y cultura, esta ciudad del este andaluz ofrece a sus visitantes un recorrido único a través de rincones emblemáticos y de una belleza inigualable. Muchos turistas aprovechan los guruwalks en Córdoba para conocer con detalle los entresijos de la ciudad.

Aprovechar Córdoba al máximo durante un fin de semana es posible con un poco de organización, ya que desplazarse por ella es sencillo y entre paradas no hay que invertir mucho tiempo. De hecho, el propio tránsito de un punto a otro forma parte de la visita turística. 

Los amantes de la historia de España tienen en la localidad cordobesa una visita obligada. Empezar por la Torre de la Calahorra es una buena idea, teniendo en cuenta que tiene horario de cierre. Desde esta torre del siglo XII se pueden contemplar algunas de las mejores vistas de la ciudad. Es, además, una de las entradas; así que es un punto muy significativo para empezar el viaje. Después de dar una pequeña vuelta por el entorno del río Guadalquivir, sin movernos mucho de la zona, regresamos al punto. Y es que un buen entorno para disfrutar del atardecer es el Puente Romano, que es, sin duda, una de las señas de identidad de Córdoba y un lugar bucólico para aficionados de la fotografía. La estampa nocturna también es espectacular, así que no hay que descartar volver de noche. El hecho de no ser una ciudad grande permite moverse con facilidad y repetir escenarios. Esta construcción que bailar sobre el río está ubicada a solo cinco minutos andando del centro de la ciudad. El primer día se puede completar con alguno de los numerosos espectáculos de caballos o conciertos de flamenco que se pueden presenciar en varios puntos de la localidad.

Patrimonio de la Humanidad

Para la segunda jornada hay que cargarse de energía porque será el más largo e intenso. La Mezquita es la primera parada, un entorno único y espectacular. No se puede volver de Córdoba sin visitar su Mezquita. Es un referente cultural e histórico de la presencia del Islam en España. Es Patrimonio de la Humanidad y un ejemplo de la mezcla de dos identidades debido a la presencia de una catedral que constrasta con la estructura árabe. Los amantes de la pintura deben saber que aquí pueden contemplar lienzos de hace 500 años. En este recorrido hay que tener también en cuenta la subida a la Torre del Campanario. En la web de Córdoba se puede encontrar toda la información sobre precios y horarios.

Esta mañana se completa con la visita al Alcázar Real, otro ejemplo de conservación cultural en la que también se mantienen rasgos de las tradiciones árabes y cristianas. Destaca sus jardines imperiales y las múltiples fuentes que los bañan. Es un espacio majestuoso bordeado por murallas y torres que requiere de al menos una hora de dedicación. Ahora es el momento de disfrutar de la gastronomía andaluza, con esas tapas que no dejan de sorprender. El precio es bueno y la calidad, exquisita. Salmorejo cordobés, flamenquines o rabo de toro son algunos de sus platos más típicos.

Entre callejones y patios andaluces

Después de un pequeño descanso, toca callejear. Córdoba no solo son monumentos, murallas y jadrines; también son sus calles, rincones que tiene un encanto especial. Perderse por los callejones de la Judería o la calleja de las Flores es un auténtico placer. Solo hay que dejarse llevar por sus calles estrechas, con paredes blancas y flores colgando. Una de las paradas que no pueden olvidarse es la Plaza de la Corredera, la única con forma cuadrangular en Andalucía y otro de las señas de identidad de la ciudad, con un gran ambiente bañado en cerveza y horas de sol. Es un entorno ideal para hacer un descanso.

Quien quiera ver un típico patio andaluz, este es su momento y debe entrar en el Palacio de Viana, ya que el domingo no está abierto. Es un recinto clásico de las arquitectura andaluza, con doce patios llenos de color, balcones y agua. A partir de ahora, no hay prisa, así que hay que relajarse y disfrutar del ambiente de las calles de Córdoba hasta que caiga la noche. La centa puede servirse en torno al Puente de Miraflores, donde hay muchos bares y restaurantes llenos de ambiente en los que se puede cerrar un gran día.  

La tercera y última jornada se puede reservar para entrar en la Sinagoga, un templo Judío que habremos visto el día de antes en la Judería. Tiene estilo mudejar y ha sido declarado Bien de Interés Cultural. La entrada es gratuita.  Visitar un baño árabe, entrar en el Palacio de la Merced, donde se puede encontrar un claustro del siglo XVIII, o descubrir la Plaza del Potro son buenas elecciones antes de comer y despedirse de una ciudad en la que todo el mundo repite. 

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