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Unidad para combatir los grandes desafíos

Ramón Díaz Castellanos.

Redacción Cordópolis

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Por Ramón Díaz Castellanos, presidente de Emacsa

Vivimos momentos de gran incertidumbre. Estamos ante uno de los mayores retos que se pueden librar para preservar el presente y el futuro de nuestro modo de entender el mundo y la convivencia. Luchamos contra un enemigo invisible que nos ataca en lo más sensible, nuestra salud y la salud de nuestros familiares, amigos y compañeros.

En una situación como ésta, desde Emacsa somos conscientes de lo importante que es dotar de los servicios básicos a la ciudadanía. En el caso del agua estamos hablando de un servicio vital. Por eso, quiero dar las gracias a las personas que trabajan en Emacsa y que en estos días, lejos de bajar la guardia, están poniendo lo mejor de sí mismas para garantizar y dotar a Córdoba de la mejor agua.

Esto ocurre todos los días del año, pero entendemos que en circunstancias como éstas es bueno que lo recordemos, para que, en la medida de lo posible, podamos inyectar una cierta dosis de tranquilidad y esperanza en este trance amargo, que requiere mucho de todos nosotros.

Este virus lo paramos unidos. Es en muchos casos la única fórmula. Lo es contra el coronavirus y lo es en otro de los aspectos que más preocupa a la globalidad del planeta, el cambio climático. Un tema que hoy, Día Mundial del Agua, quisiera traer a la memoria y a la conciencia, destacando el papel protagonista que tiene el agua.

Este año la campaña de Naciones Unidas para conmemorar el Día Mundial del Agua nos pone ante el espejo de un binomio indisoluble: el agua y el cambio climático. Parece obvio que sin el adecuado cuidado del agua, los terribles y preocupantes efectos del cambio climático se verían multiplicados, alimentados y encumbrados a la cima de una terrible realidad, donde la vida vegetal, animal y, por supuesto, también la humana serían una simple anécdota.

Creo que hasta ahí estamos todos de acuerdo y, por ello, la pregunta que debemos hacernos requiere del tono más crudo que podamos imprimirle: ¿a qué estamos esperando?

En todas las sociedades, las actuales y las pasadas, el control y el buen uso de los recursos hídricos han sido no solo cuestiones de primer orden para la salud, sino rasgos fundamentales para determinar el grado de desarrollo y bienestar de esas poblaciones. Por eso, y mucho más en este momento de tanta incertidumbre, debemos ser conscientes de nuestro papel a la hora de salvaguardar nuestra salud y la del planeta.

En Córdoba, hoy convivimos más de 325.000 personas, lo que significa que hay más de 325.000 activos para vigilar que se haga un buen uso del agua. Todos y cada uno de nosotros tenemos la responsabilidad individual de cuidar de este tesoro líquido.

Emacsa, por su parte, es la empresa encargada de la gestión del agua en Córdoba. Es, por lo tanto, la responsable de que ese agua llegue a la ciudadanía en las mejores condiciones y en la cantidad necesaria.

Por eso, desde Emacsa tratamos las consecuencias derivadas del cambio climático y de la escasez de agua como una realidad presente, con medidas concretas que nos permiten no gastar ni una gota más de la necesaria. Es el caso de las inversiones continuas en infraestructuras, que este año se cifran en 21 millones de euros, gracias a los cuales queremos seguir siendo una de las empresas con menor porcentaje de pérdidas de agua, un 10%, frente a la media española que se sitúa en un 20%.

Pero más allá de aquellas actuaciones que caen directamente en el tejado de Emacsa, hoy quiero dirigirme a todas las personas que forman parte de la ciudadanía cordobesa, entre las que me incluyo, para destacar que también desde esta parte venimos dando pasos a favor. Como dato para respaldar esta idea, quiero destacar el descenso del agua consumida en los últimos diez años, pasando de 26.737.804 metros cúbicos en 2010 a 22.865.745 metros cúbicos en 2019, lo que supone un descenso de 3.872,059 metros cúbicos al año.

Es razonable pensar que este ahorro se debe a las mejoras en redes, por supuesto, pero también es justo reconocer el esfuerzo y el grado de sensibilización que existe en una gran parte de la población. No os quepa duda de que lo valoramos muy positivamente desde la empresa de aguas, pero también y, sobre todo, como habitantes de una misma ciudad llamada planeta. Este es el único camino, seamos sostenibles.

Solo unidos venceremos los grandes desafíos. Juntos lo conseguiremos.

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