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La Fiscalía mantiene los cuatro años de prisión para los profesores acusados tras el muerte de un menor durante una excursión

Juicio a los profesores por el ahogamiento de un alumno en los Baños de Popea

Alejandra Luque

3 de junio de 2021 14:41 h

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La Fiscalía ha elevado a definitivas sus conclusiones del juicio a dos profesores acusados tras la muerte de un menor por ahogamiento durante una excursión, manteniendo así la petición de cuatro años de prisión para cada uno de ellos por homicidio imprudente. Esta solicitud coincide, además, con la elevada a definitiva por parte de la acusación. Por su parte, la defensa pide la absolución para ambos maestros.

Durante la vista celebrada este jueves en el Juzgado de lo Penal número 4 de Córdoba han declarado los compañeros que, junto a Juan David, se alejaron del grupo de alumnos para ir hacia una zona diferente en la que previamente habían realizado una actividad de espeleología. Todos, sin excepción, han reseñado que aunque el menor iba con ellos, cuando llegaron a dicha zona, no se percataron de que no estaba Juan David porque no le “echaron en falta” y han señalado que los profesores no hicieron un recuento de alumnos hasta que se descubrió olvidada la mochila del menor.

Además, durante la sesión han declarado los bomberos que encontraron el cadáver del niño así como los dos agentes de la Guardia Civil que se trasladaron hacia el lugar cuando fue notificada su desaparición.

Según el relato de los hechos, que gran parte coincide con lo declarado por los cinco menores compañeros de Juan David, cuando los seis finalizaron la actividad de espeleología, se fueron hacia una zona de aguas calmadas. Ya allí, estuvieron bañándose y comiendo hasta que, de manera conjunta, decidieron ir hacia una zona de “cascada”, aunque la jueza ha apuntado que no se trataría concretamente de eso, sino de un desnivel del nivel del agua.

El camino hacia dicha “cascada” lo iniciaron los seis aunque, en un momento dado, Juan David se quedó mas rezagado del grupo, hecho que podría ser constatado con un vídeo que uno de los profesores grabó durante la excursión y que ha sido reproducido en sala. Este pudo ser el momento en el que el menor se ahogó ya que a la “cascada” sólo llegaron sus cinco compañeros. Una vez allí, estuvieron un rato, tirándose también por unas rocas, y en ningún momento echaron en falta al menor. Otra cuestión en la que han coincidido los menores es que, tras estar en la “cascada” y regresar a la orilla donde estaban el resto de alumnos, los profesores no preguntaron sobre el paradero de Juan David y, tampoco, hicieron recuento de estudiantes.

Las alarmas saltaron cuando los alumnos se dispusieron a subir al autobús, de vuelta ya para Fuente Palmera, y el profesor acusado subió “con una mochila” hasta la zona en la que se encontraban todos. Según han declarado los estudiantes, el docente preguntó de quién era la mochila, ya que lo desconocía, y “todos” respondieron que era de Juan David. Fue entonces, según han manifestado los alumnos, cuando los docentes sí hicieron el recuento de estudiantes, percatándose de que el menor no estaba.

Debido a su ausencia, se inició el proceso de búsqueda y se dio aviso a la Guardia Civil y al equipo de bomberos, que encontró el cadáver del niño en el fondo del agua. Ya en el autobús, un alumno ha reconocido que le manifestó a la profesora que había visto cómo Juan David “hacía como que se ahogaba”.

Algunos alumnos reconocen que se alejaron sin permiso de los profesores pero otros afirman que sí lo preguntaron

Una de las líneas de la acusación particular, a la que también se refirió al madre del menor en su declaración de este martes, es que la autorización de la actividad “no fue donde” tuvo lugar ya que, de haberlo sabido, no habría permitido la asistencia de su hijo. En ese sentido, cuatro de los cinco alumnos que han declarado han manifestado que no pidieron “permiso a los profesores” para alejarse de la zona de la que se estaban bañando e ir hacia la “cascada”.

A pesar de eso, una vez que regresaron a la orilla, ninguno de los maestros les recriminó su actitud, aún cuando la distancia que había entre la “cascada” y la ubicación de los profesores hacía difícil la visión y control de los niños, han expuesto algunos de ellos. A su vez, y a preguntas de la fiscal, tres alumnos han declarado que fue el profesor quien le habló de la existencia de “una cascada” y dos, han declarado, fueron quienes preguntaron al profesor “si podían ir hasta allí”, obteniendo su aprobación. Otra testigo ha asegurado que “alguien nos dijo que esa cascada existía porque no lo sabía de antes”. Tras llegar a la orilla, ha declarado otro alumno, el profesor les preguntó “cómo era la cascada”.

Sobre las destrezas al nadar de Juan David, la madre declaró que “no tenía”, una cuestión que no ha quedado del todo dilucidada en los testimonios de sus compañeros. Mientras que unos han considerado que “sí nadaba con normalidad”, otros han señalado que sí apreciaron “cierta dificultad”. Además, en sala se ha podido escuchar cómo Juan David habría bromeado durante la jornada con que no sabía nada y, cuando algunos alumnos lo vieron hacer aspavientos, creyeron que “estaba haciendo el tonto”.

Asimismo, y a preguntas de la defensa, todos los alumnos han señalado que “ni los profesores ni los monitores” estipularon una zona delimitada para el baño que pudiera alertar de cualquier tipo de peligro. De lo que sí alertaron los monitores, según el testimonio de un testigo, es que había que tener cuidado “con las cuevas” y que los alumnos no podían estar de cachondeo ni allí “ni durante el trayecto”.

Declaraciones del equipo de bomberos y de agentes de la Guardia Civil

La sesión de este jueves ha acogido también la declaración de dos de los bomberos que formaron parte del equipo de rescate que aquella noche de mayo de 2018 descubrió el cadáver del menor en el fondo del agua. Una vez que fueron requeridos, los bomberos iniciaron la búsqueda de orilla a orilla del río, “en una zona sin corrientes ni remolinos” y en la que la integridad de una persona no peligra siempre y cuando “sepa nadar”.

Fue sobre la medianoche cuando los bomberos localizaron el cuerpo del menor gracias al uso de los remos, con los que consiguieron llegar al fondo del río. Dada la tranquilidad de estas aguas, los bomberos han declarado que el ahogamiento pudo producirse “por cansancio o por que el menor sufriera un calambre” debido a los esfuerzos. Además, han señalado que en esa zona, muy abierta, la única posibilidad de salvarse era “yendo a la orilla”, ante la ausencia de ramas.

Asimismo, un agente de la Guardia Civil ha declarado que, ya en el terreno, vio cómo el profesor enseñaba un vídeo que, de inmediato, fue remitido a otro agente de la Guardia Civil que se encontraba más cerca de la zona de búsqueda. Tras su visualización, este último agente ha manifestado que trasladó esa información a los bomberos ya que “se ve cómo el niño se sumerge y no vuelve a salir. Por eso pensamos que quizás podía estar allí” el cuerpo del menor, lugar muy cerca de donde se encontró el cadáver.

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