Un total de 240 militares participan en Andalucía en el rastreo y control de Covid
La delegada del Gobierno de España en Andalucía, Sandra García, ha visitado este lunes en Cerro Muriano, Córdoba, la Brigada 'Guzmán el Bueno' X, cuyos efectivos forman parte del colectivo de 240 militares que participan actualmente en Andalucía en la Operación Baluarte, misión diseñada y planificada por las Fuerzas Armadas y el Ministerio de Defensa para respaldar a las comunidades autónomas en la lucha contra la expansión del virus.
En una nota, García ha recordado que “la Junta de Andalucía solicitó 360 efectivos, de los que hasta ahora ha activado 240, por lo que 120 militares se encuentran preparados y a la espera de que el Gobierno andaluz indique cuándo quiere que se incorporen a la tareas”.
“Desde el Gobierno de España seguimos trabajando y tendiendo la mano a la comunidad autónoma para aunar esfuerzo porque solo desde la colaboración institucional encontraremos herramientas que nos ayuden a luchar contra este virus”, ha insistido la delegada.
Este sistema de rastreo, que se puso en marcha el día 30 de septiembre y en el que están activados 2.036 rastreadores militares en todo el territorio nacional, es la segunda operación que activa Defensa ante la crisis sanitaria, tras la Operación Balmis, misión a la que García se ha referido para agradecer a todos los componentes del Ejército de Tierra “el trabajo realizado y disposición permanente en la lucha contra el Covid-19”. De hecho, durante la Operación Balmis la BRI X estuvo presente en todas las localidades de las provincias de Córdoba y Jaén.
Durante la visita, la delegada ha estado acompañada por el teniente general José Rodríguez García, general jefe de la Fuerza Terrestre, con sede en Sevilla, unidad que ejerce la dirección, a través del Mando Componente Terrestre, de la participación del Ejército de Tierra en la Operación Baluarte en la península, a excepción de la comunidad de Murcia. En esta misión participan la Armada, el Ejército del Aire y de Tierra bajo la dirección de este último.
Los militares que participan en estas actividades reciben la formación específica sobre la enfermedad, informan sobre la obligación de asilamiento de los positivos y se ponen en contacto con personas con quienes hayan estado recientemente los positivos para informarles de la necesidad de que se realicen la prueba y de ponerse en cuarentena para detener la línea de transmisión de la enfermedad.
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