La resistencia del pequeño comercio vuelve a salir a flote ante la huelga del transporte
Hace diez días, poco después de iniciarse la huelga de trabajadores autónomos y pymes del sector del transporte, Pepe y Margarita ya lo advertían en su tienda de productos de alimentación y droguería en el barrio de San Agustín: “Si salimos de esta, no nos derrumba nadie”. Y esa frase, resume cómo el pequeño comercio, el de cercanía en cada barrio, está resistiendo la embestida del paro en el transporte y mantiene sus estanterías y mostradores surtidos.
Los puestos de pescado, carne y frutas que comparten en un mismo local otros tres pequeños comerciantes en la avenida Cruz de Juárez son otra muestra de esa resistencia. A primera hora de la mañana, el mostrador de Pescaderías Pablo está lleno de género, como lo ha estado durante todo estos días. Han sorteado la huelga del transporte viajando en sus vehículos hasta los puntos de origen –“a Huelva y a Almería si ha hecho falta, para abastecerse y traerlo todo”, cuenta la dependienta. Y eso, lo agradece la clientela del barrio, que asiente mientras espera que le vayan sirviendo.
Solo problemas con género de largo recorrido
Enfrente, Rafael está, como cada mañana, tras su mostrador vendiendo fruta, verduras y hortalizas. “Sin problemas para abastecernos”, explica sobre cómo ha podido comprar el género todos estos días. “Lo único que ha faltado algún día son productos puntuales como los canónigos” –dice–, “y cosas de largo recorrido, que vienen de Madrid para arriba”, apunta gráficamente.
Alfonso, al pie de su carnicería, también tiene el mostrador surtido de todo tipo de productos. “Tenemos varios proveedores, van llegando unos, otros, y hemos tenido de todo”. Y confirma también que solo se ha encontrado problemas con género de largo recorrido, que viene del norte de España.
Precios más altos
Otro cantar son los precios. Muchos han subido, en carnes, pescados y fruta. “Esta semana hemos tenido que revisar los precios de todo”, cuentan Rafael y Mari Carmen, al frente de otro pequeño comercio en Santa Rosa, Carnicería Hermanos Sierra. Justo cuando hablan con este periódico atienden a un proveedor, que les lleva productos preparados como croquetas y flamenquines.
“Tenemos varios proveedores, no estamos teniendo problemas de abastecimiento. No nos falta producto, aunque haya algún retraso en la entrega y lleguen a trancas y barrancas”, dice Rafael. “Hoy nos llegan también jamones. Ya me han avisado de que el camión ha salido de su origen” dice, esperando que no haya problemas en que llegue para surtir su comercio.
Género en las pescaderías
En Ronda de los Tejares, la Pescadería Rojas también está abierta este jueves, con el mostrador surtido de género. “Hoy ha entrado un poco de todo”, cuenta Ana, que además señala cómo “hay productos que han venido más baratos como el salmón o el calamar fino y otros que sí han subido de precio, como los boquerones”, apunta señalando las cajas que se muestran ante la clientela. Pero, el caso es que, el mostrador, está lleno de género para vender.
Eso mismo ha ocurrido este jueves también en la mayoría de los puestos de pescado de los mercados municipales, que han ido combatiendo la huelga del transporte y el amarre de la flota estos días, autoabasteciéndose en muchos casos y logrando llevar el género hasta el cliente, hasta que la llegada de más producto ha hecho que la mayoría –17 de 25– hayan abierto al público este jueves.
Productos de cercanía
La cercanía de los productos están siendo la mejor garantía para el abastecimiento del pequeño comercio, que no depende de grandes tráilers de largo recorrido, que sí están sufriendo más la huelga del transporte y que están afectando a grandes supermercados. Un claro ejemplo de ello se ve en supermercados como el de Aldi en la calle Claudio Marcelo, donde grandes lineales de productos frescos aparecen literalmente vacíos.
Eso no ocurre en la mayoría de las estanterías de tiendas y pequeños comercios de barrio. “No nos falta de nada. Algún producto escasea cuando vas a comprarlo, como la leche o el arroz, pero de momento hay de todo en los almacenes. Tenemos hasta aceite de girasol”, cuentan Pepe y Margarita. Ponen el foco en la resistencia del sector de cercanía: “Nuestros canales de abastecimiento son menores, más cortos”. Y eso, en mitad de la huelga del transporte, unido al “esfuerzo de cada día”, está cimentando la resistencia –una vez más–, de “las tiendas de toda la vida”.
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