El refugio que compartían dos familias en sus casas de Baena contra los bombardeos de la Guerra Civil
Dos casas colindantes en la localidad de Baena conservan en perfecto estado uno de los vestigios que la huella de la Guerra Civil dejó en este municipio cordobés. Ambas viviendas compartían un refugio contra los bombardeos aéreos de la contienda, un espacio en el que las familias de ambas casas se podían resguardar de los impactos de las bombas y sus consecuencias.
Su existencia, su ubicación y medidas, así como su uso en el pasado en la Guerra Civil han sido estudiados por Pepe Lozano, aficionado a esta parte de la Historia de España y autor del blog 'Vestigios de la Guerra Civil', donde recuerda cómo diversos trabajos sobre la guerra muestran la actividad de los bombardeos que sufrió Baena. En este sentido, recuerda cómo en libros como Baena roja y negra. Guerra y Represión (1936 - 1943), de Arcángel Bedmar, se cifra en al menos 19 los bombardeos de la aviación republicana sobre Baena y otros, como Julio R. Fernández García, en su trabajo Los bombardeos de Baena y Cabra de otoño de 1938, de la revista de Historia y Actualidad Militar ARES, también ofrece un estudio pormenorizado sobre ello.
“Para proteger al vecindario de los ataques aéreos se utilizaron varios recursos, como colocar pantallas protectoras al alumbrado público durante la noche, y construir refugios con el trabajo o la aportación económica obligatoria de los vecinos. También se dispuso a través de un bando municipal (11 de octubre de 1937) que las casas con sótanos permanecieran abiertas durante todo el día para que en caso de bombardeo pudieran ser utilizadas y la obligación de sus dueños, bajo pena de multa o denuncia por incumplimiento de mantenerlos en condiciones de seguridad e higiene. A la entrada de estas casas los agentes municipales colocaron carteles anunciando que servirían de refugio”, recoge el libro Baena roja y negra. Guerra Civil y represión (1936 - 1943).
Hasta la actualidad ha llegado en perfecto estado de conservación este refugio que compartían dos viviendas entonces, hoy tabicado para separar ambas, pero que permanece en las dos casas. Cuenta con acceso independiente desde el patio de cada una de ellas, algo que, “además de facilitar la entrada, aseguraba la salida en el caso de que los derrumbes o la metralla de la explosión bloquearan alguna de las entradas”, indica Lozano sobre este espacio.
Sobre los detalles del refugio, se constata que el pasillo principal tiene una longitud total de aproximadamente unos 9 metros, una anchura alrededor del metro y una altura que oscila entre 1,5 y 1,8 metros. Tiene forma de L. Al estar la calle en cuesta, salva el desnivel entre ambas viviendas con unos peldaños que bajan desde la que está más alta y una pequeña inclinación hacia arriba en la que está más baja.
Para su construcción no se excavó el terreno, como en otros casos, sino que se hizo este túnel en la propia planta baja, ya que por encima del refugio había cerca de seis metros de construcción sólida que ofrecía una sobrada protección sobre el refugio.
Sobre su fecha de construcción y a cargo de quién estuvo esta no hay información que lo avale. No obstante, este estudioso del tema, ha constatado cómo “en el Archivo General Militar de Ávila se conservan varios documentos fechados entre noviembre de 1938 y enero de 1939 en los que desde el denominado Cuartel General del Generalísimo se dan las instrucciones necesarias para la creación de este tipo de refugios”.
Además, se sabe que “en los meses de noviembre y diciembre de 1938, la actividad del Cuerpo de Ingenieros en la provincia de Córdoba dominada por el Ejército del Sur era febril, construyendo todo tipo de fortificaciones, abrigos, nidos de ametralladora, fortines, etc., creando nuevas líneas y reforzando las ya existentes”. Se tiene constancia que había al menos nueve secciones de las Compañías de Zapadores 1ª, 16ª, 20ª y 22ª junto a dos Batallones de Trabajadores, los números 37 y 5, respectivamente. Y también se conoce que los Puestos de Mando de todas estas unidades se encontraban en Baena en esa misma fecha.
La realidad que ha llegado hasta hoy es que las familias y vecinos de las dos viviendas que compartían este refugio lo pudieron utilizar para evitar los bombardeos y se ha conservado en ambas casas, como parte de la huella de la Guerra Civil en la provincia de Córdoba, que aún conserva vestigios ocultos y sorprendentes.
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