El Papa declara “Venerable” al padre Cosme, que promovió la educación de las niñas en la Córdoba del siglo XVII
El Papa Francisco ha aprobado la publicación del decreto que autoriza la condición de “Venerable” para el Cosme Muñoz Pérez, sacerdote que murió en Córdoba tras haber desarrollado su ministerio sacerdotal en la promoción educativa de las niñas huérfanas de la Córdoba del siglo XVII, hasta el punto de que el Colegio de Nuestra Señora de la Piedad de Córdoba, situado en la Plaza de las Cañas, sigue siendo hoy testigo de aquella labor innovadora a favor de la educación de las niñas.
En concreto y según informa la Diócesis de Córdoba en su web, consultada por Europa Press, el Santo Padre ha recibido recientemente en audiencia al prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Marcello Semeraro, y durante la audiencia el Sumo Pontífice ha autorizado a la Congregación para las Causas de los Santos a la publicación del Decreto por la que el Padre Cosme alcanza la condición de “Venerable”.
El padre Cosme Muñoz Pérez, fundador de la Congregación Hijas del Patrocinio de María, nació en Villar del Río (Soria) en 1573 y murió en Córdoba en 1636, donde había llegado tras padecer en Málaga una grave enfermedad. Su meta era llegar al sacerdocio y lo alcanzó, a pesar de las muchas dificultades que encontró, y su biografía se resume en la dedicación a la promoción educativa de la mujer.
Hacia el año 1607, el obispo de Córdoba, fray Diego de Mardones, le encomendó una obra iniciada por Isabel de la Cruz, que antes de su muerte había promovido incipientemente la creación de un hogar para recoger, alimentar y educar a niñas huérfanas de Córdoba.
El padre Cosme asumió el encargo episcopal y se afanó en levantar, organizar y dar nueva forma al Colegio de Niñas Huérfanas de Nuestra Señora de la Piedad. La escasez de servicios de estas características en la Córdoba de la época lo llevó a buscar constituciones y reglamentos en Santiago de Compostela y Toledo.
Era consciente de que las niñas huérfanas y pobres estaban abocadas a la total marginación, y entendió que a través de su educación integral tendrían la protección necesaria para su situación de desamparo. En el Colegio Nuestra Señora de la Piedad las niñas terminaban obteniendo una graduación según su edad y aprendían a leer, escribir, matemáticas, música y canto. Como parte de la preparación que recibían las jóvenes, se las enseñaba a valorar su trabajo.
Tal fue la labor del padre Cosme que, entre los posteriores siglos XVIII y XIX, en la provincia de Córdoba se produjo un movimiento socio-cultural a favor de la educación de la mujer y se tomaron como modelo los colegios fundados en Córdoba y Villafranca por los padres Cosme Muñoz y Luis Pérez.
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