La inédita sequía del arroyo Bejarano llega al Senado
La inédita sequía que afecta al arroyo Bejarano, paraje natural de la Sierra en el término municipal de Córdoba y declarado como Reserva Natural Fluvial para su protección, ha llegado al Senado.
La denuncia avanzada este verano por Cordópolis de la situación de sequía que soportaba el arroyo, que por primera vez en décadas mostraba su cauce completamente seco, se ha plasmado en una pregunta realizada en el Senado y dirigida al Ministerio para la Transición Ecológico y el Reto Demográfico.
Tres senadores del PSOE -dos de ellos, de Córdoba, Alfonso Muñoz y María de los Ángeles Luna-, ha realizado al respecto una pregunta escrita registrada el 29 de septiembre, a la que ha tenido acceso este periódico y que cuestiona al Gobierno si “se está realizando o se va a llevar a cabo, por parte del Ministerio para la Transición Ecoloógica y el Reto Demográfico, un estudio hidrogeológico para determinar lo que está ocurriendo en la actualidad en el Bejarano”.
En el escrito, se recuerda que el arroyo Bejarano, que discurre por la Sierra de Córdoba, está declarado Reserva Natural Fluvial, “por lo que su grado de protección es máximo” y que “su inagotable cauce, de 11 kilómetros de longitud, ha sido desde tiempos de los romanos, elemento vital para la vida de los cordobeses y su entorno”.
Ciertamente, el caudal del arroyo era una de las fuentes de agua de la que ya bebían los habitantes de la Corduba romana. De ahí partía uno de los grandes acueductos de la ciudad patricia. Posteriormente, su caudalísimo venero alimentó los jardines de Medina Azahara. Y hasta hace un siglo, de su cauce se alimentaban molinos de grano para hacer el pan que daba de comer a los cordobeses. Este verano, y por primera vez desde hace décadas, el cauce del Bejarano se ha secado por completo, una anomalía extrema, ya que el Bejarano era especialmente caudaloso en primavera y verano gracias a los acuíferos que lo alimentaban.
Voz de alarma sobre pozos ilegales
Hay que recordar que en el mes de julio pasado, la voz de alarma la ha dado el ecologista Joaquín Reina, que lleva recorriendo el Bejarano cada verano desde que era pequeño. “Tengo 52 años y no he visto el arroyo seco en mi vida”, apuntaba gráficamente a este medio. Un año antes, en agosto de 2019 y en un reportaje especial en este periódico, Bartolomé Olivares, portavoz de la Asociación Ecologista Guadalquivir que lleva trabajando sobre el Bejarano décadas, advertía: el Bejarano se estaba secando. En aquel mes de agosto, Olivares señalaba que el arroyo ya se retraía en la desembocadura unos 50 o 100 metros. En el resto, su curso era de apenas cuatro litros por segundo, cuando al menos debía ser de 18. Pero este verano de 2021, todo el tramo bajo del Bejarano ha desaparecido. La sequedad era extrema en una zona por la que debía pasar agua y en la que incluso debería haber fauna.
La Asociación Ecologista Guadalquivir ya ha apuntado a la proliferación de pozos ilegales como una de las causas de que el Bejarano se haya secado en su desembocadura durante este verano de una forma tan completa.
Por eso, recuerdan la existencia del documento de Propuestas de Medidas de Gestión sobre la Reserva Natural Fluvial del Arroyo Bejarano en el que se dice que “las captaciones de agua para el abastecimiento y otros usos (jardines, piscinas...) deben ordenarse de modo que no se produzca la sobreexplotación del acuífero y se reduzca la alteración de aportaciones superficiales en la zona urbanizada de cabecera, especialmente en los periodos más sensibles, como son los estiajes. Este criterio deberá adoptarse teniendo en cuenta las alteraciones derivadas del cambio climático y el incremento previsible en los volúmenes a detraer para abastecimiento a la población, en particular los meses de verano”.
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