Cómo diferenciar entre golpe de calor, agotamiento por calor y estrés por calor
El estrés por calor, el agotamiento, la insolación o golpe de calor y las quemaduras solares son algunos de los principales problemas de salud que provocan las altas temperaturas, que cada vez, además, llegan antes. Este tipo de patologías han centrado el Desayuno Informativo que ha organizado este lunes el Colegio de Enfermería de Córdoba, que ha mostrado los datos de una encuesta titulada La salud de los cordobeses: cuidado de la salud en verano.
Así, según ha detallado el presidente en funciones del Colegio de Enfermería de Córdoba, Enrique Castillo, el problema que más preocupa a los cordobeses son las quemaduras solares, que tienen una incidencia media del 11,7%, pero que se eleva al 23,5% en el caso de los jóvenes de entre 18 y 34 años. En este ámbito, la preocupación es diez puntos superior en el caso de las mujeres, de modo que el 52% de las encuestadas se mostraron preocupadas por ello, frente al 43% de media.
Además, la encuesta muestra que, aunque el 11,7% de los hogares han registrado algún tipo de quemadura solar en el último año, en el 43% de los casos no se ha hecho seguimiento de la quemadura por parte de profesionales sanitarios.
Según ha detallado Lorenzo Pérez, enfermero del Hospital Universitario Reina Sofía, la quemadura solar puede ir desde un simple enrojecimiento hasta la destrucción parcial de tejidos, si bien son consideradas quemaduras de primer grado.
Ante la aparición de quemadura solar, lo recomendable es enfriarla con agua de grifo pero a temperatura ambiente, así como tomar medicamentos como analgésicos, antiinflamatorios y corticoides tópicos (siempre bajo recomendación médica) y, en todo caso, evitar remedios caseros. Nada de ponerse vinagre, aceite, pasta de dientes porque, aunque pueda aliviar momentáneamente el dolor, puede acabar siendo muy negativo para la quemadura.
Tres niveles de patologías por calor
Respecto a las altas temperaturas, el enfermero de la Unidad de Residencias del distrito sanitario Guadalquivir, Rafael Molero, ha ofrecido un decálogo de signos de alarma que alertan de patologías derivadas del estrés térmico. Estos signos son:
- Sed intensa
- Fuerte dolor de cabeza
- Náuseas y vómitos
- Piel caliente, roja y seca
- Fiebre elevada repentina
- Debilidad muscular o fatiga
- Calambres musculares
- Pulso rápido
- Somnolencia o mareo
- Pérdida de conciencia o convulsiones (en casos más graves)
Para prevenir los efectos perniciosos del calor, Molero recomienda a los cordobeses medidas como beber un vaso de agua cada dos horas como mínimo; consumir bebidas frescas reduciendo las que tengan altos niveles de azúcares; evitar el alcohol y el café; evitar comidas copiosas (preferible consumir verdura, ensalada y fruta); usar ropa clara y calzado ligero, así como sombrero y abanico.
También recomienda evitar el sol entre las 12:00 y las 18:00; permanecer el mayor tiempo posible en lugares frescos y a la sombra; evitar el uso de aparatos como el horno; usar protección solar y, en las horas centrales del día, llevar siempre una botella de agua.
Son algunas medidas para evitar los principales problemas que produce la exposición a las elevadas temperaturas: el estrés por calor, que produce molestias y tensión psicológica; el agotamiento por calor, que es una moderada enfermedad cuyos síntomas son sed intensa, ansiedad, vértigo, mareos, dolor de cabeza y temperatura elevada (aunque menor de 40 ºC); y golpe de calor o insolación, que es una enfermedad grave, que se manifiesta cuando la temperatura corporal sube por encima de 40 ºC en apenas 10 o 15 minutos y que puede llevar a convulsiones o incluso el coma.
Ante un golpe de calor, mientras llega la asistencia médica, hay que colocar a la persona en un sitio fresco, enfriarla en una bañera, con paños fríos o un manguera, y, si está consciente, incorporarla y darle agua (si no lo está, colocarla de lado y no darle nada).
Más cuidado con mayores y niños
Aunque los efectos negativos en la salud de las altas temperaturas pueden afectar a todos, los niños y las personas mayores son los colectivos más vulnerables y los que tienen más riesgo frente a una ola de calor, “en el caso de los mayores, porque el centro de la sed no funciona correctamente; y en los niños, porque no piden agua con la frecuencia necesaria”, señala Gloria Fernández, enfermera del Servicio de Urgencias y Urgencias Pediátricas del Hospital San Juan de Dios de Córdoba.
Junto a los síntomas generales de alerta, “si el anciano comienza a quedarse dormido, no contesta, no sale de la cama o dice incoherencias”, significa que puede padecer un golpe de calor. En ese caso será necesario avisar al servicio de Urgencias si estos síntomas persisten durante más de una hora, explica esta enfermera. Para prevenir un golpe de calor es necesaria una hidratación constante consumiendo agua, fruta y verduras; y si no está contraindicado, se puede aumentar el consumo de sal de manera transitoria y moderada, que hace que la sensación de sed no se vaya tan pronto y se retenga más líquido, evitando que se vaya por la orina.
En el caso de los niños, si el bebé tiene menos de 6 meses y se alimenta exclusivamente de lactancia materna, ésta será siempre a demanda. Por el contrario, si el bebé se alimenta exclusivamente con leche preparada en biberón, no se recomienda alterar la relación entre el agua y cacitos de polvo. En este caso se podrá dar agua entra las tomas de leche, y es recomendable controlar las deposiciones en el pañal para asegurarnos de que esté bien hidratado. “Y no es aconsejable usar cremas de protección solar, y ya para niños mayores de 6 meses se aplicarán cada dos horas cremas indicadas en niños, con factor de protección más alto (50+) y que sean resistentes al agua”, apunta Gloria Fernández.
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