La Cabalgata de las primeras veces
En la vida, siempre hay una primera vez. En el caso de la Cabalgata de los Reyes Magos de Córdoba ha tenido que pasar un siglo para que los niños vean a un rey Baltasar (que suele ser su favorito) que no es una persona con la cara pintada de negro. Y también la primera vez que la Cabalgata se adelanta un día, por el riesgo de lluvia de este domingo.
En estos cien años ha pasado de todo. Los Reyes Magos han llegado en globo a Córdoba, como aquel 2020 de la pandemia en el que los niños se tuvieron que conformar con ver a sus majestades desde los balcones. Pero nunca que los Reyes Magos llegasen un día antes, aunque aprovecharán el adelanto para recorrer las barriadas periféricas este domingo e incluso visitar el mercadillo de El Arenal.
Este sábado, las 14 carrozas que recorrieron la ciudad de Córdoba lo hicieron entre una multitud de vecinos y niños que tenían muchas ganas de ver a los Reyes Magos. Junto a Melchor, Gaspar y Baltasar, llegaron medusas, personajes de Avatar, de Disney, de la Patrulla Canina y hasta un portal de Belén, junto a una estrella. En mitad, tres bandas de música de Semana Santa que interpretaban villancicos a ritmo de cornetas y tambores.
Las cabalgatas, y su organización, suelen ser un asunto casi de estado en Córdoba, con debates bizantinos sin fin. Este es el segundo año en el que lo organiza una empresa privada en colaboración con el Ayuntamiento y donde las peñas ocupan un papel secundario. El cortejo, no obstante, fue muy similar al del año pasado, una suerte de naturaleza encendida, con un poco de todo.
El cortejo no fue puntual. Salió más tarde de la hora prevista del Campo de la Verdad y tuvo que poner el turbo en la avenida de Cádiz donde, como todos los años, muchos vecinos se quejaron de que no fueron tan generosos en caramelos y regalos como en el centro de la ciudad.
La cabalgata concluyó donde siempre, aunque un poco más lejos. Esta vez, los tres reyes magos se bajaron de sus carrozas para subirse a unos carruajes y recorrer la Ronda del Marrubial hasta la iglesia de los Padres de Gracia, donde dejaron atrás a los dibujos animados de Avatar y Disney para adorar al Niño Jesús.
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