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El avispón oriental que causa estragos en las colmenas de Cádiz y Málaga llega a Montilla

Avispón oriental localizado en una piscina particular de Montilla

Aristóteles Moreno

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El avispón oriental fue avistado en España por primera vez en Valencia en 2013. Cinco años después fue localizada su presencia en Algeciras. Desde entonces, su crecimiento ha sido exponencial en toda la Andalucía meridional y el levante español. Nativo del Mediterráneo oriental y Asia, el himenóptero tiene un tamaño medio no superior a los 23 milímetros en las obreras y casi 30 en las reinas, pero exhibe una actividad predadora muy notable, según señalan los expertos. Su principal fuente de alimentación son las abejas, el néctar y la miel, cuyas colmenas arrasan en pocos días.

En Cádiz y Málaga están ocasionando daños preocupantes en la apicultura. Los perjuicios producidos en las colmenas son “excepcionalmente cuantiosos” y causan una “fuerte reducción de su productividad”, según recoge un informe publicado por Leopoldo Castro y Carlos del Pico en la Revista Gaditana de Entomología en 2023. Ese estudio ya avisaba de la “explosión demográfica de proporciones extraordinarias” experimentada por la especie oriental en el Campo de Gibraltar y la “destrucción masiva y catastrófica” de colmenas.

Hasta ahora Córdoba se había librado del radio de acción del avispón oriental. En 2022 fue avistado un ejemplar en Puente Genil y hace escasamente una semana ha sido identificado otro individuo en una piscina particular de Montilla, cuya fotografía reproducimos en este artículo. El insecto ha sido examinado ocularmente por el entomólogo Manuel Baena, quien no arroja duda alguna de que se trate de un avispón oriental. “Es inconfundible”, declaró a Cordópolis.

Su localización en Montilla demostraría, a juicio del experto consultado, que la especie está empezando a establecerse en Córdoba, aunque aún es pronto para saber en qué proporción. La capacidad predadora de la variante oriental es una amenaza seria para la producción apícola y el especialista estima crucial que los agricultores y la administración pública se pongan en guardia para combatir sus devastadores efectos.

“En la Campiña no hay muchas colmenas, pero en la Sierra de Córdoba sí. Y por supuesto que llegarán”, avisa el especialista. El avispón oriental anida generalmente en el suelo y cerca de los núcleos urbanos. Es en la primavera cuando la reina sale del letargo invernal y comienza a construir el nido. Mes y medio después, las larvas se convierten en obreras y en otoño la colonia alcanza su máxima población: unos 400 ejemplares por comunidad.

“Hay que destruir los nidos. No queda otra”, alerta Manuel Baena. En Cádiz y Málaga la reacción de la administración pública ha llegado tarde y mal. La organización agraria COAG pidió en enero pasado a la Junta de Andalucía autorización para colocar trampas de reinas y evitar la expansión del avispón oriental, pero la respuesta de la Consejería de Medio Ambiente fue negativa. El pasado 8 de agosto, COAG hizo público un comunicado alertando de las graves consecuencias de la invasión y pidió “medidas urgentes”: localización y destrucción de los nidos, monitorización y estudios científicos sobre sus hábitos.

Muchos apicultores gaditanos están usando un producto químico en forma de troyano para atacar los nidos, pero la eficacia es muy reducida. Los expertos han constatado que las abejas desarrollan estrategias defensivas para neutralizar a los avispones que asaltan sus colmenas. Generalmente, rodean a los ejemplares invasivos y los recalientan hasta la muerte. Sin embargo, la especie oriental cuenta con un techo térmico superior y soporta mejor este tipo de ataques colectivos.

El himenóptero no solo consume abejas y miel. También se alimenta de ciertos tipos de fruta y la Campiña es rica en viñedos. Los expertos añaden otra amenaza inquietante. El informe de Castro y Del Pico advierte del “desastre ecológico” que supone la ingesta de múltiples insectos y las alteraciones que causa el avispón oriental en el ciclo polinizador “afectando negativamente la reproducción de plantas nativas y producción de frutos”.

También alerta del riesgo para bañistas, pescadores y senderistas frente a las dolorosas picaduras del insecto. “Hasta ahora no ha causado muchos problemas sanitarios”, indicaba el informe firmado en 2023. Por entonces, constaban media docena de picaduras sin “consecuencias serias”. En todo caso, el estudio ya subrayaba que el avispón oriental constituía una “fuente de problemas de todo tipo”, sobre todo “económicos y ambientales”. Anunciaba “perspectivas preocupantes” y certificaba la “cantidad exorbitante de nidos” que se habían detectado en apenas cinco años.

Además del suelo, el avispón oriental suele anidar en oquedades urbanas, como, por ejemplo, las cajas de las persianas. El ejemplar identificado en Montilla no presagia nada bueno, avisa Manuel Baena, y es probable que haya más individuos en la comarca. “En Córdoba no hay muchos entomólogos y, por lo tanto, no suben fotografías a las redes”, razona. Esa es la razón por la que las señales del avispón oriental en la provincia sean todavía muy escasas.

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