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Aviones, militares y bombardeos: el testimonio del cordobés Carlos Molina en Ucrania

El cordobés Carlos Molina (dcha con el número 18), en un partido con su equipo de Ucrania.

Carmen Reina

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Carlos Molina Cosano es un jugador cordobés de balonmano que juega desde el año pasado de lateral izquierdo en el Motor Zaporiyia, en Ucrania. El ataque de Rusia a este país le ha sorprendido la pasada madrugada, cuando volvía con sus compañeros de jugar un partido y han tenido que quedarse en Kiev, la capital ucraniana. Aviones caza sobrevolando la ciudad, transportes militares con carros de combate y los ecos de los bombardeos en otros puntos de la capital se han repetido en estas horas, según ha contado a Cordópolis.

El jugador cordobés, de 30 años, jugó este miércoles un partido de la Liga de Campeones y volvía con su equipo en un avión hacia la ciudad de Zaporiyia, cuando el piloto “recibió un mensaje señalando que no podía llegar y tenía que aterrizar en Kiev, para despegar unas dos horas después. Pero, en el transcurso de esas dos horas, por megafonía nos comunicaron que teníamos que evacuar inmediatamente el aeropuerto”, relata.

Carlos Molina y sus compañeros salieron del aeropuerto -un claro objetivo de Rusia-. “Estando ya fuera, en el parking, estuvimos escuchando el estruendo de los bombardeos en la lejanía, posiblemente bombardeando el otro aeropuerto de la ciudad, que quería ser tomado por tropas rusas”.

Opciones para salir hacia Polonia

Aún impactado por lo que está viviendo, cuenta que, en ese momento, “también escuchamos cómo sobrevolaban por encima de nosotros aviones caza. Estuvimos alli como 40 minutos sin saber qué hacer, intentando que el manager buscase una solución. Hasta que pudo encontrar un hotel, pero hemos estado andando con todas las bolsas y el equipaje como dos horas, para coger un bus de línea, luego un tren y después de unas tres horas, hemos llegado al hotel en el que estamos actualmente”, dice.

Desde la ventana del hotel, Carlos ve “una fila interminable de camiones, han pasado varios transportes militares, con tanques, hemos escuchado también el eco de un bombardeo. Así está la situación”.

Ahora, desde su equipo le ofrecen dos opciones: “Los jugadores europeos nos podríamos marchar mañana en tren hasta la frontera con Polonia. Y los jugadores ucranianos pues volver a Zaporiyia, ver allí a sus familias y coger un autobús para encontrarse con nosotros en la frontera de Polonia”. Y es que la semana que viene deben jugar dos partidos contra el PSG y el Barcelona, “partidos ya oficiales que se tienen que jugar sí o sí, en principio no hay manera de posponerlos, no hay tiempo en el calendario” de la competición.

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