De Arya a María Josefa: cinco generaciones de una misma familia que se ven cada domingo
María Josefa Martínez Aragonés es la cabeza de una familia de cinco generaciones que todavía come reunida a menudo y disfruta de la rutina cada semana. Aun siendo ya tatarabuela, María Josefa “mantiene muy bien el tipo, demasiado bien”, ha relatado su bisnieta, Mari Carmen Jiménez. “Para ella salir en el periódico ha sido una ilusión desde hace muchos años, esta era una buena oportunidad”, ha revelado.
No lo habían planeado, pero en cada generación parecían empezar muy pronto a tener hijos. María Josefa, tatarabuela, tuvo a su primer hijo con 17 años, la abuela de María, Yolanda Pulido, también la tuvo a ella con 17, y ella, aunque algo más tarde de lo que acostumbraba su tradición familiar, tuvo a su primer hijo con 24. “Nunca ha sido algo buscado, se ha dado así, todos nos hemos adelantado tenidos hijos pronto”, ha contado Mari Carmen.
Mari Carmen también ha dicho que cuando su primer hijo nació el marido de María Josefa todavía vivía pero falleció cuando Mario, tataranieto, tenía tan solo cuatro meses. De igual manera, aquel tataranieto que ahora tiene seis años puede contar que, aunque no forme parte de su memoria, por un breve periodo de tiempo tuvo dos tatarabuelos.
Pese al salto generacional que existe entre tataranietos y tatarabuela, la buena salud de María Josefa y lo normalizado que tienen la situación dentro de casa, permite que los más pequeños entiendan a sus mayores con otro tipo de jerarquía. “Para mis hijos es la abuela, aunque el más mayor entiende que es algo más complicado. Les da igual, la relación es igual de cercana”, ha afirmado Mari Carmen, madre de los pequeños.
Por último, Mari Carmen ha contado que sus bisabuelos han sido gente muy querida en el pueblo, ya que llegaron a ser propietarios de dos super mercados y siempre han estado en contacto con los vecinos. Por lo que la peculiaridad de esta familia no está solo en su árbol genealógico.
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