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El trasvase desde Puente Nuevo habría dejado ya sin agua a todo el norte de Córdoba hasta final de verano

Embalse de Puente Nuevo.

Alfonso Alba

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Era susto o muerte. Si en vez de las obras del trasvase de La Colada (en El Viso) a Sierra Boyera el Gobierno hubiese iniciado las de Puente Nuevo a día de hoy todo el norte de la provincia se habría quedado ya sin suministro de agua. Es decir, no habría agua potable (como ahora) sino que del grifo no saldría absolutamente nada.

El embalse de Sierra Boyera está oficialmente seco desde el Domingo de Resurrección. Las obras de conexión de emergencia entre Sierra Boyera y La Colada acabaron en marzo. Por eso, sale hoy agua de los grifos de 80.000 habitantes. Eso sí, se trata de agua no potable por la alta concentración de carbono orgánico total, que supera los niveles máximos permitidos por la ley. Pero si en lugar de La Colada la obra hubiese sido el trasvase de Puente Nuevo los trabajos aún no habrían concluido, según todos los documentos en manos del Gobierno, divulgados en el Congreso de los Diputados y también en diferentes reuniones con todas las administraciones.

En primavera de 2022 ya había sequía en la cuenca del Guadalquivir. La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir planteó al Gobierno varias obras de emergencia para evitar restricciones y aprovechar hasta la última gota de agua de sus embalses. En principio, planteó el trasvase entre Puente Nuevo y Sierra Boyera (algo de lo que se viene hablando desde principios de los años noventa pero que nunca se ha ejecutado). Pero finalmente lo descartó. ¿El motivo? La duración de las obras.

La Confederación sabía que el agua de Sierra Boyera se podría agotar en un año si no llovía lo suficiente. De hecho, salvo las precipitaciones extraordinarias de diciembre, que apenas se notaron en la cuenca alta del Guadiato (el río que aporta agua a Sierra Boyera), la sequía se mantiene. Y los peores pronósticos que manejaban los técnicos de la Confederación se han cumplido: Sierra Boyera se secó el 9 de abril.

En agosto de 2022, y tras declarar la intervención de emergencia, comenzaron las obras de conexión provisional entre La Colada y Sierra Boyera. Los trabajos se han cumplido en plazo. Las obras de conexión entre Sierra Boyera y Puente Nuevo iban a durar algo más de un año. Es decir, de haber arrancado en agosto de 2022 no habrían estado acabadas aún. Eso habría supuesto que al agotarse Sierra Boyera no habría habido agua para los 80.000 vecinos que viven en el norte de la provincia de Córdoba.

El proyecto de Puente Nuevo es una histórica demanda en la cuenca. La iniciativa ya aparece en el diario de sesiones del Congreso de los Diputados de abril de 1994, en plena sequía. Entonces, el director general de Infraestructuras Hidráulicas, Adrián Baltanás García, informaba de que el proyecto de trasvase entre estos dos embalses era la mejor solución. Sierra Boyera era un pantano que se había quedado pequeño para la población de la zona y para las necesidades agroganaderas. En 1994, el Gobierno también barajaba la construcción de un embalse en el río Guadarramilla, sin nombre aún. Era La Colada y se planteaba como un refuerzo.

En 2001, durante el Gobierno de José María Aznar, el Ejecutivo incluyó el trasvase entre Puente Nuevo y Sierra Boyera en el Plan Hidrológico Nacional, que no llegó a ver la luz. El proyecto quedó olvidado desde entonces y hasta ahora. A principios del año pasado, la Confederación lo rescató. Pero por la duración de las obras (14 meses), su coste (más de 18 millones de euros) y su complejidad (necesita expropiar fincas) lo acabó descartando como medida urgente y extraordinaria.

Ese fue el motivo por el que el Ejecutivo se acabó decantando por el trasvase desde La Colada, siendo consciente de que sus aguas gozaban de pésima calidad para el consumo. Entonces se confiaba en que el agua podía ser potabilizada, algo que finalmente no se ha logrado. Pero desde el Ejecutivo sostienen que ha sido mejor el susto que la muerte, que es dejar sin agua alguna a 80.000 personas.

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