La contaminación del agua en el norte de Córdoba, a por una solución hasta Bruselas

Más de 1.500 kilómetros de distancia. A los pies de la Grand Place o del Mannekin Pis. La ciudad europea por excelencia y una de las sedes políticas más importantes de este continente en la actualidad. Bruselas se ha convertido este miércoles en el epicentro de la denuncia sobre el problema del agua potable que sufre en la actualidad la zona norte de la provincia de Córdoba. El Parlamento Europeo ha acogido una serie de reuniones entre una expedición de cargos de la provincia de Izquierda Unida (IU) y la Comisión de Medio Ambiente y la Dirección General del Agua. Más de cinco horas de diálogo que ha terminado con una rueda de prensa abundando sobre lo tratado.

En el norte de la provincia de Córdoba llevan más de diez meses sin agua potable, o lo que es lo mismo, 80.000 personas no pueden abrir el grifo después de conocer que el pantano de La Colada contenía sustancias tóxicas. La contaminación de sus aguas es una situación que se ha ido acrecentando con el paso de los años e incluso el propio Sebastián Pérez, coordinador provincial de Izquierda Unida en Córdoba, ha desgranado todo lo sucedido en un artículo publicado en este periódico el pasado 4 de marzo. Y es por ello que esta problemática ha hecho que el Parlamento Europeo abra sus puertas para buscar una solución que, en la actualidad, no parece cercana.

Primera reunión: Comisión de Medio Ambiente y la Dirección General del Agua

La expedición de Izquierda Unida comenzó este miércoles 6 de marzo con una reunión con la Comisión de Medio Ambiente y la Dirección General del Agua del Parlamento Europeo. Este diálogo también contó, además de distintos medios de comunicación como es el caso de Cordópolis, con la presencia del eurodiputado Manuel Pineda que se mostró claro y conciso al respecto. “Es una situación insostenible. Sé que las cosas de palacio van despacio, pero algo hay que hacer. Cualquier gesto ayuda a pesar de que no sea determinante. Es vergonzoso que el estado español sea el que más sanciones está teniendo en este tema”, ha abierto el andaluz.

Seguidamente, el propio Sebastián Pérez ha introducido el tema con los temas aportados por el estado español, datos que también tenían José Manuel Servet y Daniel Fernández, corresponsales de la implementación de Derecho Comunitario en España. De hecho, Servet ha confirmado que la institución europea tiene la misma información, sobre todo con la potabilidad del agua de Añora y Pozoblanco, que “no cumplen los requisitos”, aunque también ha adelantado que a día de hoy estos temas “nunca se han tratado individualmente”, pero deja la puerta abierta al futuro. “Es una reunión que nos sirve para entender el problema y ponerle una solución”.

Sin embargo, la potabilidad del agua del norte de la provincia de Córdoba no llegará en un plazo corto de tiempo, más aún después de los plazos del Parlamento Europeo. “Yo entiendo la frustración. Desgraciadamente, la comisión funciona de una manera y sus plazos son así. Hay demasiados problemas. La única manera de abordarlo eficientemente es verificarlo con el estado. El proceso es largo. Todos tenemos que ser conscientes de lo que hay”. Además, también ha apuntado que, por el momento, “no hay plan de acción”, pero sí que hay “compromiso” para evaluar la situación.

PSOE y Podemos acuden a la llamada de Izquierda Unida

Una vez terminada esta reunión, el trabajo seguía su curso en las entrañas del Parlamento Europeo. Con previsión, Izquierda Unida pidió un diálogo con los demás representantes de los partidos políticos españoles que se encuentran en el hemiciclo de la institución continental, pero solo PSOE y Podemos estuvieron presentes.

De hecho, Beatriz García, representante del grupo morado y la más interesada entre los presentes, recalcó la importancia de esta actividad, remitiéndose a lo dicho por la Comisario Europeo de Medio Ambiente de la Comisión Europea y la Dirección General del Agua, además de que es “fundamental” la presión que pueda ejercer el Gobierno central. “España tiene la obligación de informar sobre la calidad del agua cada tres años”, ha explicado.

En último lugar, Sebastián Pérez, coordinador de IU, Irene Ruiz, portavoz del grupo provincial en la Diputación, y Manuel Pineda, eurodiputado del Grupo de Izquierda, han ofrecido una rueda de prensa analizando lo expuesto en Bruselas. Este último ha vuelto a recalcar que el Gobierno de la Junta de Andalucía está “dando patadas hacia adelante”. “Es una pena que haya que volver a torcerle el brazo al presidente de la Junta de Andalucía -Juanma Moreno-, para que solucione problemas”.

Por su parte, Ruiz ha avisado de que esta contaminación “no viene de nuevas”, ya que la obra para paliar este problema ha sido “una chapuza”: “tirar el dinero a la basura”, ha dicho.

Por su parte, el coordinador provincial ha apuntado que la delegación de Izquierda Unida sale “satisfecha” porque la Comisión Europea “coincide en el diagnóstico de que el embalse La Colada está contaminado”. “Se ha comprometido a verificar y evaluar los documentos de la contaminación de La Colada. Una vez constatado, actúan de forma inmediata. No se puede dejar esta situación mucho más tiempo”, ha aseverado un Sebastián Pérez que ha calificado que “mezclar el agua -de La Colada y Sierra Boyera-, es un plan macabro. No es apta para el consumo humano y es potencialmente tóxica. Queremos un agua potable y de calidad. La contaminación está implantada en el norte de Córdoba”.

Con esta última comparecencia a los medios de comunicación, dio por finalizado el trabajo de la delegación de Izquierda Unida en el Parlamento Europeo. La conclusión de todos los miembros es sencilla: se ha comunicado que este problema existe y que afecta en la actualidad, y durante los últimos diez meses, a más de 80.000 personas en la zona norte de la provincia de Córdoba. Aun así, la vía más nombrada por todos los participantes es la posible presión que pueda ejercer el Gobierno nacional. La posible solución aún no es una realidad y no lo será en un plazo corto de tiempo.