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Los conejos huyen de los montes y se convierten en plaga en 20 municipios cordobeses

Un conejo.

Alfonso Alba

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Algunos lingüistas consideran que Hispania significa “tierra de conejos”. El nombre, supuestamente, que finalmente ha derivado en España se lo habrían puesto los fenicios por la abundante presencia de roedores. Pero hoy el conejo silvestre de la Península está amenazado, aunque se ha convertido a su vez en una plaga. Es una difícil contradicción que lleva de cabeza a los agricultores de una veintena de municipios de la provincia de Córdoba que no saben qué hacer ya para acabar con un problema que destroza sus cultivos.

Aguilar de la Frontera, Baena, Benamejí, Bujalance, Cabra, Cañete de las Torres, La Carlota, Castro, del Río, Fernán Núñez, Guadalcázar, Iznájar, Lucena, Montalbán de Córdoba, Montilla, Monturque, Moriles, Puente Genil, La Rambla, Santaella y La Victoria son los 20 pueblos en los que la Junta de Andalucía considera que existe una plaga de conejos. En cambio, en los montes los depredadores habituales como los linces ibéricos o las águilas tienen cada día más difícil acceder a estos roedores, que forman parte de su dieta habitual. La historia de este desequilibrio es larga y no acaba de solucionarse, a pesar de medidas como las que acaba de aprobar la Junta de Andalucía: su caza.

Los conejos de monte sufrieron una enorme merma de su población a causa de la mixomatosis, una enfermedad provocada por un virus. La enfermedad se detectó en Sudamérica en el siglo XIX pero se introdujo en Australia en los años cincuenta del siglo pasado para reducir de manera drástica la población de conejos, que estaban literalmente comiéndose el país. De ahí, el virus saltó a Europa y la enorme mortalidad de conejos llevo asociada una fuerte reducción de depredadores ibéricos como el lince o el águila imperial, entre otras razones.

En el monte, la población no ha llegado a recuperarse. Pero sí que lo ha hecho en las zonas de campiña de la provincia de Córdoba. De hecho, recientes estudios consideran que los conejos prefieren emigrar al campo, donde no tienen depredadores. Y eso es lo que está haciendo que se multiplique su población, además de la cantidad de alimento a su alcance.

Desde hace una década, la Junta de Andalucía autoriza la caza excepcional de conejos con el objetivo de reducir la población. Los colectivos ambientalistas insisten en que es casi imposible reducir el número de conejos, que provocan enormes daños a la agricultura ya que se alimentan de los brotes más tiernos, a través de las escopetas. Al contrario, reclaman su captura y traslado a zonas con menos población o el uso de hurones que los espante.

Este año, por ejemplo, hay más zonas afectadas en Jaén y en Granada, donde los conejos han seguido extendiéndose, según lo publicado por el gobierno andaluz en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA).

El período hábil de caza de conejo en la provincia de Córdoba se amplía desde el 29 de noviembre de 2021 hasta el 24 de abril de 2022, siendo hábiles los jueves, sábados y domingos. “El titular cinegético velará, especialmente en estos períodos, para que la presión cinegética sea la adecuada para el control de las poblaciones cinegéticas de conejo y no se perjudique al resto de las especies silvestres”, señala el gobierno andaluz. Para el empleo de perros, el período hábil se amplía desde el 29 de noviembre de 2021 hasta el 6 de febrero de 2022, no pudiendo utilizarse más de tres perros por persona cazadora.

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