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El PP sella la paz interna y busca el relevo tranquilo

José Antonio Nieto y Adolfo Molina, tras el congreso del sábado | ÁLEX GALLEGOS

Alfonso Alba

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El PP no quiere líos internos. Ni tampoco tensiones. Adolfo Molina es el nuevo presidente de los populares cordobeses tras obtener un apoyo superior al 96% de los compromisarios que asistieron al congreso provincial de este sábado. Solo 15, de los más de 400 votantes, entregaron su papeleta en blanco, después de unas elecciones internas donde sí que se han leído y escuchado declaraciones en el seno del PP cordobés inauditas en la última década.

Este sábado, el PP de Córdoba selló la paz interna. Ni una crítica, ni una mala cara a su nuevo presidente, Adolfo Molina, un hombre tranquilo, moderado, que busca que el partido tenga algo de su propia personalidad. Un relevo más que un cambio sin estridencias, continuista, con muy pocas caras nuevas en una directiva donde los nuevos cargos cambian más de nombre que de personas, y que se parece cada vez más a la que el PP tiene en Génova.

En el campos universitario de Rabanales, el PP de Córdoba sacó músculo. Es un partido con muchos afiliados activos (más de 2.000 votaron en su proceso interno y cerca de 700 acudieron al congreso provincial) y, ahora sí, sin apenas fracturas internas. Este sábado, en el salón Juan XXIII del campus universitario todo eran selfies, sonrisas y apenas malas caras. Hasta Rosario Alarcón, la rival de Molina, formará parte de la Junta Directiva, pero no en un cargo de confianza sino en el mismo que ocupaba hasta ahora: enlace con el grupo parlamentario del PP andaluz.

Pese a todo, hay tensiones. Un ejemplo: el exalcalde de Jaén, Enrique Fernández de Moya, acudió al congreso. Su carrera es paralela a la de Nieto: nombrado secretario de estado, era presidente del PP de su provincia pero no ha podido seguir en el cargo. Fernández de Moya decidió marcharse antes de que llegara el presidente regional del partido, Juanma Moreno, al que todo el mundo culpa de la crisis de las incompatibilidades.

Hasta el propio Nieto enterró su particular hacha de guerra. Se le vio cómodo con Javier Arenas, del que fue muy próximo hasta que su nombre sonó para sucederle. E incluso recibió el cariño del propio Juanma Moreno: “Quiero darte las gracias por tu honestidad y por haber antepuesto el interés general de los cordobeses a tu propio interés particular”, le dijo Juanma Moreno durante la clausura del congreso a José Antonio Nieto. “Este partido siempre te estará agradecido”, zanjó, en algo que sonó más a un hacer las paces definitivamente.

Ahora, el PP, que es un partido muy pragmático, tiene ya la vista puesta en dos objetivos que a los mejor coinciden en fechas: las elecciones autonómicas y las municipales. Su reto, como dijo el propio Molina, ganar en la Junta y recuperar el Ayuntamiento de la capital y la provincia.

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