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¿Cómo mejorar la calidad de vida de cuidadores y dependientes?

Cuidadoras y personas en situación de dependencia fomentan el apoyo emocional y ayuda mutua para mejorar su calidad de vida

Redacción Cordópolis

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Cuidadoras y personas en situación de dependencia fomentan el apoyo emocional y ayuda mutua para mejorar su calidad de vida

Cuidadoras y personas en situación de dependencia están participando en distintas actividades de apoyo emocional y ayuda mutua con el objeto de mejorar su calidad de vida. Esta iniciativa se ha desarrollado desde hace cuatro años en los centros de salud Lucano, Fuensanta y Levante Sur del Distrito Sanitario Córdoba y Guadalquivir en colaboración con la asociación Promove.

En una nota de prensa se informa de que el objetivo de esta colaboración es complementar y reforzar la atención que se presta a estas personas desde el sistema sanitario público de Andalucía a través de la realización de actividades como grupos de ayuda mutua, apoyo emocional, talleres de entrenamiento cognitivo, atención telefónica y salidas socioculturales. El proyecto está teniendo unos resultados tan satisfactorios para cuidadoras y familiares que ambos organismos se están planteando ampliar el número de centros de salud participantes en 2016.

Las enfermeras gestoras de casos de los centros son las profesionales referentes de cuidadores y familiares en atención primaria y, por ende, las que realizan la valoración integral de la personas cuidadora, su familia y el entorno. En esta valoración se recogen las necesidades de cuidados, cansancio ante la intensidad y duración de los cuidados, así como el afrontamiento y apoyo familiar con el que cuentan dichos cuidadores para, por ejemplo, se les proponga participar en un grupo de ayuda mutua (GAM).

Las actividades programadas, como los grupos de ayuda mutua (GAM), están dirigidas por un equipo de profesionales de Promove, entidad que trabaja con personas en dificultad para facilitar su desarrollo social y emocional. El objetivo de estos grupos es dotar a los cuidadores de habilidades y conocimientos que les permitan mejorar tanto la atención que prestan a su familiar como su propio bienestar y estado de salud, que en ocasiones se ve afectado por las situaciones de estrés a las que estas personas se ven expuestas.

Dentro de este proyecto, en 2014 se desarrollaron 54 sesiones grupales de estas características y que se celebran de forma quincenal con una duración de 90 minutos. Son sesiones abiertas en las que los participantes plantean aquellos temas que le son de interés, tales como la actuación ante situaciones de estrés o depresión, los problemas físicos derivados del traslado del familiar en situación de dependencia o la evolución de la enfermedad.

En total se han desarrollado 107 sesiones de apoyo emocional y 64 talleres de entrenamiento cognitivo para familiares y cuidadores son otras de las cifras producto de este trabajo de colaboración, además de la atención directa al cuidador y al mayor dependiente que en el pasado ejercicio sobrepasaron los 160 casos de los tres centros de salud. Este modelo de abordaje biopsicosocial analiza las necesidades de las personas desde distintas disciplinas para establecer los cuidados y apoyos necesarios, generando una plusvalía en las intervenciones desde salud.

La figura asistencial de la enfermera gestora de casos, que se encuentra recogida en el Plan de Apoyo a las Familias Andaluzas impulsado por la Junta de Andalucía, tiene como principal objetivo potenciar la asistencia domiciliaria, coordinando la intervención de los distintos profesionales en el equipo de atención primaria con los profesionales de atención especializada que prestan servicio en los hospitales, garantizando de esta forma la continuidad de los cuidados que reciben los pacientes dependientes y, por supuesto, sus cuidadoras.

El trabajo y la labor que desarrollan las enfermeras gestoras de casos en la red de centros de salud de atención primaria mejora la eficiencia y la efectividad del sistema y permite optimizar mejor sus recursos. En este sentido, para el desarrollo de sus funciones, adoptan una metodología de cuidados que permite responder a las necesidades individuales de los pacientes, teniendo en cuenta sus recursos, sus capacidades, la voluntad que expresan y los conocimientos de los que dispone, no sólo la persona afectada, sino también su entorno familiar más próximo.

La población diana de las enfermeras de enlace son personas con una alta necesidad de cuidados domiciliarios. Además, también detectan y abordan los factores de riesgo asociados a la labor del cuidador de estos enfermos. Y es que a las tareas de alimentación, aseo, medicación, acompañamiento y vigilancia del enfermo hay que añadir que son los familiares los que mantienen el contacto con los profesionales sanitarios y, por tanto, los que muchas veces deben tomar las decisiones por el paciente. Esta responsabilidad hace que un número elevado de cuidadores descuiden su propia salud y presenten manifestaciones físicas y psíquicas (dolores crónicos, pérdida de apetito, insomnio, ansiedad...).

En este sentido, muchos de los asistentes a las actividades organizadas en los centros de salud han recibido información sobre cómo actuar ante las úlceras por presión y su prevención o ante los accidentes del hogar. Asimismo, se han dado consejos, entre otros, sobre nutrición y dietética; la higiene de la persona dependiente; la actuación ante personas con problemas de incontinencia; los servicios sociales; los cuidados conservadores y paliativos del enfermo terminal; la movilidad y confort; el desarrollo psicoevolutivo de la vejez; y las ayudas y técnicas de productos de ortopedia.

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