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El sistema de abastecimiento de agua a Córdoba capital está ya en fase de normalidad

Embalse de San Rafael de Navallana

Alfonso Alba

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Este miércoles, probablemente a última hora de la tarde, el sistema de abastecimiento de agua potable a Córdoba capital entrará en fase de normalidad. Hace apenas dos meses, estaba en emergencia a causa de la sequía. Las lluvias de este invierno, que no han sido excepcionales pero sí levemente superiores a la media de los últimos años, han provocado que el robusto sistema de abastecimiento que tiene la ciudad entre en unos niveles que aportan de nuevo tranquilidad a los ciudadanos y que garantizan agua potable en Córdoba capital para los próximos años.

Los cordobeses, a través de la empresa municipal Emacsa, beben el agua que sale del embalse del Guadalmellato, una presa construida a principios del siglo XX. Como reserva alternativa está también San Rafael de Navallana, otro embalse aguas abajo del Guadalmellato que tiene también su propia cuenca de captación. Incluso en caso de necesidad extrema se puede bombear y potabilizar el agua del río Guadalquivir, un extremo al que jamás se ha recurrido.

Según el plan hidrológico del Guadalquivir, el sistema de abastecimiento a la ciudad entra en fase de normalidad cuando el Guadalmellato supera los 75 hectómetros cúbicos, que en esencia es el 50% de la capacidad del embalse. Ese 50% se ha superado durante la jornada de este viernes y está previsto que con los aportes que siguen entrando al Guadalmellato los 75 hectómetros cúbicos se alcancen a última hora de este miércoles. A las 18:00 de este martes, y según los datos del Sistema Automatizado de Información Hidrológica (SAIH) de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, el Guadalmellato estaba ya en 73,5 hectómetros cúbicos de agua. El lunes a la misma hora estaba en 72,3 hectómetros. El domingo a las 18:00 en menos de 70.

Según la Confederación, cada 24 horas, el Guadalmellato está recibiendo una aportación de 1,5 hectómetros cúbicos. Es decir, antes de que concluya el miércoles, el sistema habrá entrado en fase de normalidad, que abandonó hace dos años, cuando entró en pre alerta. Entonces, en febrero del 2022, el Guadalmellato tenía 67 hectómetros cúbicos de agua y San Rafael de Navallana apenas 50. En noviembre de 2023, el sistema entró en fase de emergencia. Entonces, Emacsa activó medidas para paliar la sequía: redujo el caudal que salía de los embalses en un 10% y cortó el agua de las fuentes. En enero, el propio presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, dijo que probablemente, y si no llovía, habría que aplicar restricciones al consumo en Córdoba capital a partir de verano.

Pero las lluvias de este invierno han solventado la situación en el sistema de Córdoba capital de forma más rápida que en otros puntos de la provincia. Sus dos embalses son los únicos de la provincia que están por encima del 50%. La clave está en la cuenca del Guadalmellato y de Navallana, mucho más limpia y menos explotada que la del resto de embalses de la provincia. La mayor parte del agua que reciben procede de ríos y arroyos del corazón de Sierra Morena, en un paraje escasamente poblado, que delimita al oeste con Cerro Muriano, al norte con Obejo y al este con Adamuz. Las dimensiones de los propios embalses son también considerables.

De esta forma, ahora mismo entre los dos pantanos Córdoba tiene una reserva de 158 hectómetros cúbicos de agua. La ciudad necesita unos 22 hectómetros al año. Pero toda ese agua no le pertenece en exclusiva. La mayor parte se destina a regadío. El Guadalmellato, por ejemplo, es un embalse que tiene unas concesiones históricas para el regadío del canal que recibe su propio nombre y que se extiende desde Alcolea hasta Almodóvar del Río. Con los embalses al 50% es probable que este verano sí que se reciba una importante aportación para estos agricultores.

Adiós a las restricciones de verano

Mientras tanto, en el resto de la provincia de Córdoba aumenta la reserva de agua. Ahora mismo, en toda la provincia hay 804 hectómetros cúbicos de agua, una cantidad que podría ser importante (es más del doble que hay en toda la provincia de Sevilla) pero que está lejos de la media de los últimos años. A pesar de la lluvia, la provincia está al 24,5% de su capacidad, cuando debería estar al 50% al menos. A estas alturas, en Córdoba debería haber unos 1.730 hectómetros cúbicos, lo que garantizaría una campaña de regadío normal y también el suministro a las ciudades.

Eso sí, la reserva de agua en la provincia es prácticamente 200 hectómetros cúbicos más alta que la de hace justo un año. Es agua suficiente como para evitar las temidas restricciones de verano a municipios y ciudades de la provincia, pero escasa todavía para garantizar el regadío. Gracias a este invierno normal en lluvia y a un impresionante sistema de acumulación de agua a través de sus embalses, la provincia de Córdoba ha logrado evitar el match point que tenía ya para el verano, y salvo tragedia no habrá restricciones. Es más, poco a poco irán desapareciendo las actuales.

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