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José María Bellido, el alcalde de Córdoba que quiere emular al de Málaga

Bellido, con la mano levantada, celebra la victoria del 28M en Córdoba

Alfonso Alba

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En la campaña de las elecciones municipales, José María Bellido (Córdoba, 1977) anunció que su modelo a seguir era el del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que lleva en el cargo desde hace 23 años encadenando mayoría tras mayoría. Bellido ya ha logrado un primer hito: se ha convertido en el primer alcalde del PP de Córdoba en repetir en el cargo. Córdoba ha sido una ciudad habitualmente gobernada por la izquierda desde 1979 (la primera capital de provincia con un alcalde comunista, Julio Anguita) en la que la derecha siempre lo tuvo especialmente difícil. Entre 1995 y 1999 logró el gobierno local por el desacuerdo de la izquierda. En 2011, por una aplastante mayoría absoluta de José Antonio Nieto que perdió en 2015. Y en 2019, José María Bellido se convirtió en alcalde pese a obtener el peor resultado para el PP en unas municipales en Córdoba, pero gracias a los apoyos de Ciudadanos (hoy desaparecidos) y Vox.

Contra todo pronóstico, hasta el de sus más fieles colaboradores, Bellido ha alcanzado la mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Córdoba. Y lo ha hecho con guiños a la forma de hacer política del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, pero sobre todo al alcalde de Málaga, que se ha eternizado en el cargo durante más de dos décadas gracias a una forma de entender la política en clave local y sin aspiraciones a dar el salto a la regional o nacional. De hecho, en 2019, Bellido hizo referencia a Francisco de la Torre en contraposición a los anteriores alcaldes del PP en Córdoba: Rafael Merino y José Antonio Nieto. Bellido entendió el mensaje de sus derrotas: el votante cordobés notó que tanto Merino como Nieto jugaban ya en la liga de la política regional o nacional. En campaña, alguno de sus contricantes sugirió que estaba intentado ser senador tras las próximas elecciones generales, algo que Bellido negó de forma tajante.

José María Bellido era el candidato más joven de todos los que se presentaban a la Alcaldía de Córdoba el pasado domingo, pero es sin duda el político más veterano. El alcalde de Córdoba se afilió al PP con 19 años. Con 22 ya iba en la lista que los populares presentaron a las elecciones de 1999, en las que la histórica Rosa Aguilar se convirtió en alcaldesa de Córdoba por Izquierda Unida. Ese año ya fue nombrado consejero de la empresa pública de vivienda de Córdoba, Vimcorsa, su primer cargo. En 2002, con 25 años, se convirtió en asesor del PP en la Diputación y en 2004, con 27 años, en concejal del Ayuntamiento. Desde entonces y hasta ahora ha formado parte de la Corporación municipal de manera ininterrumpida.

El más joven pero el más experimentado

Bellido era, de largo, el candidato con más experiencia política, pese a su juventud. Francisco de la Torre también tiene una larga trayectoria previa a su etapa como alcalde de Málaga. Con 28 años se convirtió en presidente de la Diputación y en senador y diputado en el Congreso durante la Transición. Aunque abandonó brevemente la política, regresó en 1995 como concejal y mano derecha de Celia Villalobos, para convertirse en alcalde de Málaga desde el 2000 hasta el 2023.

El alcalde de Córdoba también presume y practica un talante político moderado, pero de frente amplio. En su candidatura ha integrado desde a la antigua candidata de Ciudadanos a la Alcaldía de Córdoba, Isabel Albás, como al excoordinador local de Vox, Julián Urbano. Ambos se han convertido en concejales tras las elecciones del pasado domingo y se sentarán en la misma bancada, algo inimaginable hace solo cuatro años. Ese talante le ha llevado a organizar el funeral de Julio Anguita y un homenaje posterior en colaboración con la familia, y a evitar también pisar charcos innecesarios. Bellido es un alcalde que huye de la polémica, que rehúsa el cuerpo a cuerpo en el debate político y al que es difícil escuchar enfadado.

Tras cuatro años de gobierno en minoría, Bellido afronta su primer mandato con mayoría absoluta. Por delante tiene el reto de desatascar la gestión en Capitulares, con una endémica falta de personal, con graves problemas para sacar adelante contratos y proyectos, con una escasa ejecución presupuestaria y con quejas ciudadanas sobre el estado de la limpieza y el mantenimiento de las calles. El alcalde de Córdoba sabe que como en Málaga, con una forma tranquila de hacer política, sin estridencias, ni radicalismo puede aguantar muchos años más en Capitulares, si es ese su objetivo. Córdoba es una sociedad conservadora que daba alcaldías a la izquierda por la potencia de sus líderes políticos (Anguita, Rosa Aguilar), en la que los ciudadanos votaban al PP en las generales y autonómicas, y a IU en las municipales. Bellido ha sabido leer lo que en el pasado le funcionó a Rosa Aguilar: no llevarse mal con nadie y elegir muy bien a los verdaderos enemigos, pero que se note poco.

Bellido es fan de la saga de Star Wars y aprovecha los carnavales de Córdoba para disfrazarse de sus personajes. Ya lo ha hecho de soldado imperial y hasta de Darth Vader. Ha sido su particular forma de romper con la fama de opositor que le precedía. Bellido fue concejal de Hacienda y era el encargado de debatir con la izquierda siempre que había que hablar de presupuestos. Entonces usaba unas gafas que desterró para la campaña de 2019. Y mutó su imagen de pequeño tecnócrata en la de un político más cercano. Como Paco de la Torre.

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