El Ayuntamiento prevé rehabilitar en otoño el Aula de la Naturaleza de La Asomadilla tras cuatro años cerrado
El futuro del Aula de la Naturaleza de La Asomadilla, cerrado desde 2021 por graves problemas estructurales, ya tiene fecha, al menos, en las previsiones del Ayuntamiento. No será hasta principios de 2027 cuando este espacio recupere su actividad. Así lo ha confirmado el Consistorio en una respuesta a una pregunta formulada por el portavoz socialista, Antonio Hurtado.
Según el Ayuntamiento, el proyecto de estabilización y reparación del edificio supondrá una inversión de 383.007,20 euros, financiados a través de partidas incluidas en los presupuestos municipales de 2024 y 2025. Sin embargo, las obras no arrancarán hasta el próximo otoño, a la espera de la formalización de los préstamos municipales que sustentarán la inversión. En su respuesta, el Gobierno municipal defiende que el retraso se debe a la necesidad de actualizar precios tras la crisis inflacionaria, lo que obligó a posponer la ejecución de un proyecto inicialmente redactado en 2021. Asimismo, subraya que las actividades ambientales no se han interrumpido, sino que se han trasladado provisionalmente al aula anexa de La Asomadilla, donde continúan desarrollándose talleres y programas educativos.
El Aula de la Naturaleza de La Asomadilla fue proyectada durante el mandato de Andrés Ocaña como alcalde e inaugurada en octubre de 2011 por José Antonio Nieto, pocos meses después de acceder al gobierno municipal. Desde entonces, y hasta su cierre, acogió más de 200 talleres, exposiciones, conciertos y jornadas temáticas centradas en el cambio climático, la biodiversidad y la mineralogía.
El cierre llegó a finales de 2021, cuando el Instituto Municipal de Gestión Medioambiental (Ingema) declaró la instalación no segura para su uso debido a defectos de construcción detectados desde su apertura. Pese a un primer intento de corrección mediante drenajes en el perímetro, las grietas y fisuras en cerramientos, tabiquería, solerías y techos obligaron a suspender su actividad. Desde entonces, el movimiento vecinal ha reclamado con insistencia su reapertura, recordando el papel dinamizador que jugaba en la vida del parque y en la concienciación ambiental de la ciudadanía.
La actuación prevista por el Ayuntamiento se centrará no solo en reparar los desperfectos acumulados, sino en detener los movimientos de la cimentación, origen de la mayoría de las patologías detectadas. El informe técnico encargado por Ingema detectó fisuras verticales, roturas en cerramientos y daños en solerías, tanto interiores como exteriores. El plan de obra redactado por la empresa de ingeniería Labson establece tres fases diferenciadas que se extenderán durante casi un año y medio. La primera, que consistirá en la estabilización de los cimientos del edificio, se extenderá durante dos meses. Después hará falta un año para garantizar el asentamiento del inmueble. Tras esto, se procederá durante dos meses a la reestructuración de la tabiquería interna y los paramentos exteriores.
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