Adiestramiento canino
Dos adiestradores cordobeses, entre los mejores del mundo en “jugar a la obediencia”
La obediencia más allá de “la acción de obedecer” como está definida en la RAE, es también un deporte canino del que los cordobeses Toni Aguilar y Dani Illescas saben bastante. Lo refleja su galardón como dos de los mejores adiestradores caninos que han recibido en Dinamarca en el mundial de obediencia FCI (O.C.I).
Con un primo adiestrador en la familia, Toni comenzó hace ocho años a competir en los diferentes concursos que existen. Según ha detallado a Cordópolis, “esto es como el fútbol, va por fases hasta que te clasificas para ir al mundial”. Los profesionales se presentan con sus perros a competiciones que se dividen en tres niveles. Cuando llegas al último nivel has llegado a la cumbre de la dificultad, “llegas donde están los mejores de cada país y con competiciones específicas se elige al grupo que representa a cada país en el mundial”, explica.
Los 10 ejercicios a realizar en una prueba de clase tres bajo el reglamento que entró en vigor el 1 de enero de 2016 son: sentarse en grupo durante 2 minutos; echarse en grupo durante 1 minuto con llamada; seguimiento en junto sin correa; de pie, sentado y echado durante la marcha; llamar el perro, posiciones “de pie” y “echado”; orientar el perro con instrucciones, “echado” y llamada; cobrar con instrucciones; enviar a un cono con cobro y salto; olfatear y cobrar y control a distancia.
Todas las razas son válidas
Toni se ha presentado junto a su border collie de ocho años, Zizou de Xonnydeby para el que ir a entrenar es “su ratito de juego”. De 115 perros que han participado este año 100 eran de la misma raza, y es que según indica, las hay “que tienen más capacidades para unas cosas que para otras, que permiten ser más rápido y por tanto facilitan el trabajo”. Por el contrario, el perro de su compañero Dani es un Labrador. Aunque en Adecan, trabajan con una gran variedad de razas, “tenemos un pastor alemán, un pastor belga, border collie, perros de agua, un beagle, labradores y cruces”.
Lo importante no es la raza, sino la sociabilidad del animal, ese es el único requisito. “Lo único que pedimos es que el perro sea sociable”. En los concursos es lo primero que se pide, “antes de competir tienes que pasar un test de sociabilidad”. Este requisito lo exige la Real Sociedad Canina.
Tras esto, lo más valorado es que el animal trabaje de buen grado. “Valoran que los ejercicios los hagan de buen grado, que al perro se le vea feliz”. Lo fundamental para esto es “que el entrenamiento sea divertido” además de requerir de paciencia y constancia. “Pero lo primero es educar al perro”.
Después de ser uno de los campeones del mundo habiendo obtenido el puesto 29, Toni asegura que lo único que puede sentir es “orgullo” porque “gracias a esto se está generando más afición a un deporte muy bonito”. Un deporte donde no importa la raza del animal ni la edad de la persona y donde “todo el mundo descubre que mejora su relación con su perro”. El entrenamiento se convierte en el nuevo “vamos al parque” de los animales y el tirar la pelota o el palo, el cordobés lo ha renombrado como “jugar a la obediencia”. Porque obedecer y diversión pueden ir de la pata.
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