Ilusiones renovadas en el ‘Alpargate’
Apenas termina el anterior cuando comienza otro. Al igual que el recién acabado, éste abre una etapa cargada de emociones. Cada sensación tiene en una nota su color, como sucediera a lo largo de los últimos años. El relato continúa para la Agrupación Musical Santísimo Cristo de Gracia, que inicia otro capítulo en su historia. Un capítulo que arranca con otra noche memorable. La formación afronta otra etapa en su camino después de celebrar su décimo aniversario con un acto que demostró que las ilusiones están renovadas en el Alpargate. En esa cita, tal y como estaba previsto, el conjunto presentó la que será su imagen en adelante. Lo hizo con un concierto que significó el estreno de hasta tres marchas y también con una exaltación al titular de la hermandad del Jueves Santo que esta vez lo fue también para la propia banda.
Máxima era la expectación en torno a este acto central de la conmemoración de una década de sones cofrades en torno al Santísimo Cristo de Gracia. Un hecho que pudo ser comprobado en la noche de este sábado con la numerosa asistencia al mismo. La parroquia de Santa María de Gracia y San Eulogio (Trinitarios) presentó un absoluto lleno, de forma que incluso hubo personas que hubieron de seguir el evento desde su exterior. Así, a los pies del Crucificado al que acompañan cada Jueves Santo desde 2008, los componentes de la agrupación disfrutaron de una jornada irrepetible. Una ocasión en la que su director musical, Manuel Roldán Roldán, le dedicó la mejor obra posible: una exaltación que lo fue tanto para sus compañeros como para el titular de la corporación del Jueves Santo.
Presentado por la periodista Toñi Merino, el acto sirvió también para escuchar por vez primera las tres últimas marchas que la formación incorporó a su repertorio. Las tres son propias y tienen un especial significado. Se trata de Aquel día, cuyos autores son Felipe Trujillo Lara y Luis Márquez Salaverri; Alfaros, obra de Alberto Gómez Ruiz; y A ti, Dios Padre, con partitura de José Manuel Mena Hervás. Fue el estreno de estas composiciones otra parte importante de una celebración que además permitió conocer la nueva imagen de la agrupación, que con motivo de su décimo aniversario y a las puertas del cuarto centenario de la llegada del Cristo de Gracia a Córdoba decidió dar un cambio en la uniformidad.
Una elegante renovación
La Agrupación Musical Santísimo Cristo de Gracia actuó la noche del sábado con su nueva vestimenta, la cual trata de seguir una línea elegante y adaptada a los actuales tiempos. Una renovación que en realidad lo es de todo el guión, pues además de los uniformes la formación estrenó pañoletas para las cornetas y la que será su seña de identidad: el banderín y su mástil. En todos los casos el conjunto mantiene el sello neogótico de la hermandad del Jueves Santo a partir del diseño de Jesús de Julián Córdoba con la aportación de los miembros de la banda.
Para su banderín, la agrupación eligió de manera acordada con la corporación a la que pone música un diseño neogótico en el que se mezclan distintas técnicas de bordado que dan volumen y prestancia a la pieza. Su ejecución corrió a cargo del bordador cordobés Rafael Jódar y fue sufragada íntegramente por los miembros de la formación a través de donativos y con la venta de papeletas para el sorteo de elementos de orfebrería donados por la familia Clariana Pedregosa, así como con otras rifas. “En un recuadro perfecto de 80 centímetros de diagonal, se dibuja un diseño totalmente neogótico, separado por nervios propios de este estilo y adornado por sus hojas y giros arbóreos característicos de dicho período, todo alrededor del escudo de la hermandad trinitaria a la que pertenecemos y encajado entre las letras realizadas en orfebrería cordobesa, al igual que las cadenas heráldicas de nuestra insignia de hermandad. Justo debajo del escudo central se coloca nuestro ángel musical, realizado también por el mismo orfebre y que simboliza a aquellas personas que desde el cielo nos transmiten la fuerza y el ánimo para seguir viviendo la música cofrade como sólo nosotros sabemos hacerlo. Dicho paño se dobla sobre caída natural, tras la cogida superior, y va abrochado atrás para caer con elegancia sobre el mástil que lo porta”, explica la propia banda en un dossier informativo elaborado para la ocasión.
En cuanto al mástil del banderín, éste es posible gracias a la donación de la familia “D R” para sufragar en su totalidad el coste de su ejecución. “Con un total de seis tambores hexagonales, unidos por sus correspondientes siete nudos, se alza el imponente mástil de estilo neogótico realizado en plata, configurado como algo especial, pues en su parte trasera, la que mira a nuestra agrupación, se colocan, sobredoradas, las letras insignia de nuestra hermandad trinitaria ”Gloria Tibi Trinitas“, con objeto de que, mientras miramos al titular que acompañemos en cada momento, siempre encontremos esa leyenda cristiana”, señala acerca de esta pieza la formación.
Sobre el uniforme, éste trata de englobar elegancia, sobriedad y comodidad y está realizado por parte de una sastrería a medida especializada. Ésta es la Sastrería Don Pepe, de la jiennense localidad de Porcuna y los encargados de la ejecución fueron los hermanos Luis y Antonio Sánchez Aguilera. En tejido de algodón “se conforma el traje, color azul noche, forro rojo y confección en aguas rectilíneas”. La vestimenta cuenta con piezas de orfebrería en oro. Mientras, el calzado “es de charol negro sobre cuero” y está suministrado por La Corneta de Oro, del sevillano municipio de Coria del Río. En cuanto a la gorra, la agrupación mantiene “el mismo y simétrico color y diseño” de la anterior aunque con la modificación del “barboquejo, que pasa a ser de charol” y del “escudo que la corona, de alto relieve y de metal bañado en oro”.
Por último, la nueva imagen de la Agrupación Musical Santísimo Cristo de Gracia se completa con los paños de las cornetas, para cuya realización tuvo la colaboración de la familia de artesanos joyeros Clariana Pedregosa. Las piezas están ejecutadas a la manera de la bandera y en el mismo tono de toda la uniformidad, en “terciopelo azul, pero un poco más claro para que resaltara sobre la manga donde deben reposar”. En este caso, el diseño neogótico en el que “coronado por una espectacular y voluminosa corona con incrustaciones de pedrería y perlas, reposa la Cruz trinitaria” de la cofradía “sobre un campo blanco”. Bajo estos elementos, el nombre del titular de la hermandad. La elaboración en este caso correspondió a los talleres de Francisco Perales, de la localidad ciudadrealeña de Torralba de Calatrava.
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