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La falta de lluvia merma la vendimia, que caerá en torno al 40%

Campo de vides para la vendimia.

Redacción Cordópolis

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El calor y la falta de lluvia están provocando una merma en la vendimia de Montilla Moriles de hasta el 40%, según las previsiones que maneja la patronal agraria Asaja, a través de una nota de prensa. De este modo, se ha pasado de una producción de 45 millones de kilos el año pasado a una producción esperada de 28 millones.

Así, Asaja Córdoba ha informado de que las variedades blancas tempranas de la zona Montilla Moriles ya han sido cosechadas, mientras que de la uva tinta ya se ha recolectado el 80% y ya se ha comenzado la vendimia de la variedad autóctona Pedro Ximénez. Por tanto, se prevé que en unos 20 días concluya la vendimia 2019.

Respecto a los precios, las cooperativas están liquidando la uva de la campaña anterior a un precio medio de 0,36 euros el kilo de uva, algo menor al que dieron las bodegas, que rondó los 0,41 euros por kilo.

En relación al precio de la uva cosechada, las bodegas no lo tienen definido, aunque se espera que se mantengan los de la campaña anterior, hecho que, sumado a la disminución de cosecha, “puede afectar negativamente al sector.”

Por su parte, la delegada de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta en Córdoba, Araceli Cabello, ha realizado este jueves una previsión de la vendimia 2019 y ha señalado que durante este año en el comienzo del verano “las temperaturas se han comportado de forma distinta y han sido como media más suaves que otros años”.

Según ha explicado la delegada en una nota, dicha circunstancia tiene dos consecuencias, “una mejor calidad de los racimos de uva, que no han sufrido un estrés térmico agudo, y un retraso en el comienzo de vendimia”. Las primeras variedades de uva en recolectarse son las más tempranas, destinadas en su mayoría a vinos jóvenes afrutados.

La delegada se ha referido igualmente a la implantación del Documento de Acompañamiento al Transporte (DAT), “que supone un cambio sustancial en la forma de organizar y controlar el transporte de los productos agrícolas, mejorando la seguridad alimentaria y la trazabilidad de las producciones”.

En el caso del sector vitivinícola, Cabello ha señalado que “como novedad, es obligatorio para esta vendimia y que sin embargo, y gracias a la implantación por el consejo regulador de la tarjeta del viticultor, el DAT no se exigirá en la mayoría de situaciones, lo que agilizará las gestiones de los agentes del sector al considerarse un sistema válido de trazabilidad”.

Esta será la tercera vendimia en la que se use en el marco la tarjeta del viticultor, que facilita la identificación del viticultor y de sus parcelas a la hora de entregar la uva en los lagares.

Cabello ha explicado que el sector vitivinícola andaluz “se enfrenta en estos momentos a un proceso de cambio importante que es fundamental afrontar para asegurar a medio-largo plazo su sostenibilidad y viabilidad y para ello es necesario fomentar la innovación, garantizar la calidad y seguridad alimentaria, adaptar los sistemas productivos al cambio climático e incrementar el respeto al medio ambiente, como estrategias claras de competitividad”.

Proyecto 'transviti'

En relación al sector de la vendimia, la delegada de Agricultura se ha referido al proyecto Transviti, Transferencia y Cooperación en Vitivinicultura Andaluza, coordinado por Pilar Ramírez y que tiene como plazo de ejecución hasta 2021, que desarrolla el Ifapa de Cabra.

Con este proyecto se pretende contribuir al desarrollo y avance del sector vitivinícola andaluz para mejorar su competitividad y afianzar su permanencia en la región. Se propone avanzar en dos direcciones: por una parte contribuir al desarrollo de una viticultura fuerte, rentable y sostenible que adapte sus estructuras productivas y las técnicas de cultivo al cambio climático, pero también a las nuevas demandas del mercado en productos vitivinícolas.

Por otra parte, se fija apoyar a la industria del vino y sus derivados, mejorando los productos tradicionales andaluces e innovando en nuevos productos que se adapten a las exigencias actuales de los consumidores.

El proyecto se lleva a cabo junto con los centros Ifapa de Málaga y Jerez de la Frontera, que también cuentan con personal técnico y de apoyo especializado y con amplia experiencia, lo que facilitará alcanzar los objetivos propuestos.

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