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Diario del Confinamiento | Fuengirola

Panorámica de Fuengirola.

Juan José Fernández Palomo

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Juan Manuel Moreno Bonilla ha dicho que a partir del lunes, si quiero, puedo viajar a Fuengirola.

No sé a estas alturas del partido qué se me ha perdido a mí en Fuengirola, como no sea un verano de mi infancia. Es más, no me acuerdo de dónde está exactamente Fuengirola, si lo está a la izquierda o a la derecha de Málaga. Sólo está en mi memoria junto a mis primos en un apartamento alquilado y con pechugas de pollo empanadas.

Pero lo ha dicho Bonilla que también es migobienno y, por lo tanto, escucho sus directrices.

La verdad es que siempre lo he sospechado, pero en estos tiempos tan raros que me han tocado vivir, estoy viendo a migobiennos por todas partes: el que me dice por la tele que me ponga mascarilla es, sin duda, migobienno; el que me cuenta por la radio que puedo viajar de Almonte a Villaricos o de Villanueva del Arzobispo hasta la verja de Gibraltar es también migobienno.

Como migobienno es quien peatonaliza la Viñuela o mantiene aún cerrados algunos museos.

Me atrevo a decir que mi casero, al que pago un canon mensual, el que pone en el ascensor un cartel diciendo cuando se limpian las cocheras cuando no tengo cochera ni coche, quien administra los turnos de aforo y baño en la piscina, el camarero que me dirá cuándo y qué mesa puedo ocupar o qué parte de la barra me corresponde, el de la tienda que ha puesto una marca en el suelo y me indicará cuándo traspasarla… todos son, de alguna manera, tentáculos de migobienno.

Dice la leyenda familiar que, a finales de los setenta o principios de los ochenta, a mis padres les ofrecieron comprar o un apartamento en Fuengirola o una parcela en El Higuerón, creo. No hicieron ninguna de las dos cosas.

Y mis padres eran migobienno, obviamente. Su decisión negativa de antes hace que ahora no sienta la necesidad de ir a Fuengirola.

Pero basta para que con eso y con lo que llaman “rebeldía generacional” o el tópico de “matar al padre” me dé ahora por ir a Fuengirola. Un migobienno me lo permite.

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