Desplome de temperaturas tras rozar los 30 °C
Se despedía la tarde del viernes a 27.4 °C, la segunda máxima más alta del año. Temperatura primaveral, veraniega en muchas latitudes del país, y que previsiblemente hoy se verá superada en una tarde que apunta hasta los 29 °C. Un fin de semana de sol y calor, que acabará con la entrada de una masa de aire polar desde el norte peninsular. Un cambio brusco de masas de aire que aún sin traer lluvia, dejará un descenso de temperaturas que será especialmente notable en las máximas que se registren a partir del próximo lunes.
Desgajes polares
Con la llegada del equinoccio de primavera, el congelador ártico que desde septiembre fuese acumulando frío, tiende a elevar su temperatura progresivamente con el aumento de las horas de luz e intensidad solar. En ese calentamiento, lento e irregular, la dinámica atmosférica del Atlántico Norte va mudando también progresivamente hacia la configuración estival, la que hace subir de latitud la corriente en chorro que trae hasta Europa las bajas presiones de Terranova. Una mudanza que este año tiene poco que decir para los que vivimos al sur de los Pirineos, tras haber vivido uno de los inviernos más secos de los que se tiene constancia en la historia desde que existen registros meteorológicos.
En dicha transición, la que empezamos a caminar desde ahora hasta mediados de junio, las lluvias que caben esperar en la península Ibérica corresponden a los puntuales descuelgues de aire frío que las ondulaciones del Jet (la corriente en chorro) tengan a bien traernos. Una lotería meteorológica que acostumbra a complicar las predicciones meteorológicas con las erráticas DANAs de primavera, las de mañanas soleadas y tardes de tromba y trueno.
Uno de esos descuelgues es el que nos afectará a partir de la madrugada del próximo lunes. El paso hasta el interior del continente de una profunda borrasca polar va a afectar al norte peninsular con el barrido parcial de una vaguada asociada, que llevará frío y lluvia a la mitad oriental de la Península. Aire frío que tenderá a aislarse en el entorno peninsular del Mediterráneo para complicar el resto de la semana, y que los modelos aún no aciertan a definir del todo.
Lo que sí es seguro es que vaguada y posterior aislamiento de la misma arrastrarán aire polar hasta la península Ibérica, dejando un moderado descenso de las temperaturas, que será del orden de 10 grados en las máximas de buena parte del país. Desplome térmico que se notará también en el sur peninsular con la entrada de viento de componente norte, donde el termómetro se desplomará de los cerca de 29 °C de máxima que podremos registrar en Córdoba durante la tarde del sábado, hasta los poco más de 20 °C que se esperan de máxima a partir de las jornadas de lunes y martes.
Cambio del tiempo que se notará también en cierto aumento de la inestabilidad con la entrada de nubosidad a partir del lunes, que podrían llegar a dejar algunas lluvias débiles a lo largo de la jornada. Precipitaciones de escasa o nula importancia que quedarían más en lo anecdótico a la espera de que la posible DANA defina su posición. De ella dependerá que lo que reste de semana, además de por el descenso del termómetro, esté acompañada por el sonido del trueno. De momento vuelta al jersey.
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