CSIF exige “un protocolo estricto” para preservar la seguridad de los sanitarios en visitas domiciliarias
CSIF Sanidad Andalucía ha exigido al Servicio Andaluz de Salud (SAS) “un protocolo estricto” de las visitas domiciliarias para preservar la seguridad de los profesionales que las realizan, ya que éstas constituyen “puntos críticos” en los servicios de atención primaria y “deben estar completamente pautadas en relación a los equipos materiales que se deben usar en cada caso y a la manera de proceder para que se garantice su protección en todo momento”.
Así lo ha explicado este sábado el presidente del Sector de Sanidad de CSIF Andalucía, Victorino Girela, que ha anunciado que los delegados de Prevención de Riesgos Laborales de CSIF han remitido escritos a los directores gerentes de los 1.500 centros de atención primaria en nuestra comunidad en los que plantean una batería de medidas orientadas a garantizar la protección de los profesionales en esta etapa de desescalada que ahora afrontamos, en la que este primer nivel asistencial adquiere gran protagonismo.
A juicio de CSIF, según un comunicado, el protocolo para visitas domiciliarias debe especificar si se trata de un domicilio con riesgo de exposición o si es de bajo riesgo, indicando tipo de equipos de protección individual (EPI) necesarios en ambos casos. También debe precisar el profesional o profesionales que deben realizar la asistencia.
Dicho documento debe establecer, igualmente, la dotación de EPI para cada visita e incluir información sobre el desecho de EPI utilizados en cada una de ellas. La reducción al mínimo de acompañantes en el domicilio y la indicación de la estancia en la que deben permanecer es otras de las condiciones que el sindicato entiende necesarias, así como las medidas preventivas que deben adoptarse por parte de los residentes en la vivienda.
Con carácter general, para los centros de Primaria CSIF propone el uso obligatorio de mascarilla quirúrgica para entrar por parte de los usuarios y el control de accesos vigilados, con la colocación de dispensadores de gel hidroalcohólico, siendo estos de uso obligatorio a toda aquella persona que acceda al centro.
Igualmente, el sindicato propone que se establezca un aforo máximo para cada centro de salud, de modo que se eviten usuarios en las salas de espera, que además deberán ir acompañados de una sola persona en el caso de que sea necesario. CSIF cree “imprescindible” aumentar el tiempo de consultas y del resto de actividades, de manera que se posibilite la higiene de manos y la limpieza de superficies en el intervalo que media entre pacientes.
CSIF pide además a las direcciones gerencias de los distritos o, en su caso, áreas de salud andaluzas, una evaluación individualizada del riesgo y de las tareas a realizar por los distintos profesionales, teniendo en cuenta los factores de vulnerabilidad y especial sensibilidad que existan en cada caso. Además, “urge” la adecuación de plantilla a las cargas que traerá consigo el papel relevante en la fase de desescalada de estos centros.
La central sindical solicita las pautas que se seguirán para la reactivación de la cartera de servicio en los centros de salud, concretamente en lo que se refiere a actividades asistenciales programadas que fueron suspendidas, así como a reorganización de las que se han mantenido. Demanda también información sobre planificación del tipo, tiempo y número de consultas; el reinicio de actividades suspendidas consideradas no urgentes; y la reincorporación a las agendas de los distintos profesionales.
CSIF reitera la necesidad de una adecuada dotación de equipos de protección individual y la realización de test a todos los profesionales, así como mecanismos ágiles de actualización de los procedimientos e instrucciones que haya que seguir en los centros de salud, que habrán de tener dos circuitos diferenciados: uno para los pacientes con sospecha de Covid-19 y otro para el resto.
Ante la desescalada en el sistema sanitario, el sindicato ha venido demandando el refuerzo de los centros de atención primaria, que tienen notorias deficiencias en material de protección, así como la contratación de más epidemiólogos para realizar la labor de rastreo del virus (personas contagiadas y sus contactos) para la contención de la pandemia.
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