Córdoba se vuelve a asomar al río tras ocho años de andamios
El presidente de la Junta visita mañana la ciudad para asistir al acto de finalización de las obras de la Puerta del Puente, La Calahorra, el Puente Romano y la Ribera
Han sido andamios diferentes, eso sí, pero no han dejado de ser andamios. En 2005, la Junta de Andalucía inició lo que ha sido la mayor intervención en el patrimonio histórico de la ciudad de Córdoba en décadas. Ese año, se empezó a cubrir de andamios la Puerta del Puente. Insistimos, unos andamios diferentes coloreados por una obra gigantesca del pintor Luis Gordillo. Ese año, arrancaba una intervención que, entre otras cosas, venía a poner fin a ese debate tan cordobés de “lo que le pasa a Córdoba es que siempre le ha dado la espalda al río”. Y a hacerle un lavado de cara integral a lo que siempre fue la majestuosa entrada a la ciudad de Córdoba desde el Puente Romano. También decimos que fue por que a mediados del siglo XX dejó de serlo cuando se construyó la N-IV sobre la Ribera.
Mañana, el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, preside el acto de finalización de unas obras que han durado ocho años. Griñán entregará la titularidad del centro de recepción de visitantes de la Puerta del Puente y de la Ribera al Ayuntamiento de Córdoba. En total, el Gobierno andaluz ha invertido en estos trabajos, proyectados y diseñados hasta el último detalle por el arquitecto Juan Cuenca, 33,2 millones de euros. Y su ejecución final, de la que hoy pocos dudan, no estuvo exenta de polémica sobre todo por el eterno debate de la ciudad que estas obras no han conseguido acallar: granito rosa sí o no.
En estos ochos años, a la Consejería que ha dirigido las obras le ha dado tiempo hasta de nombre. Antes fue de Obras Públicas y ahora de Fomento y Vivienda. También de fuerza política que la respalda. Antes PSOE, ahora IU. Sin embargo, a la Consejería de Fomento lo que le ha tocado ha sido, prácticamente, ponerle la guinda al pastel con las dos últimas intervenciones. En estos ochos años, además de la Puerta del Puente (costó 1,15 millones de euros), la Junta ha restaurado la Torre de la Calahorra (2,68 millones de euros), el entorno de este monumento (1,8 millones de euros), la tremenda restauración de todo el Puente Romano (ha sido la mayor inversión, con un gasto de 9,3 millones de euros), el trabajo de cimentación en el Puente Romano (4,5 millones de euros) y ya para finalizar el centro de recepción de visitantes (6,7 millones de euros) y la urbanización de la Ribera o Ronda de Isasa (7,09 millones de euros).
En 2003, la Junta de Andalucía decía que con estas obras buscaba “devolver a este emblemático enclave cordobés, testigo del devenir de la historia de la ciudad, su esplendor pasado al tiempo que activarlo cultural y turísticamente”. El tiempo dará o quitará la razón sobre si la Junta ha conseguido o no este objetivo. Pero ahora los problemas parecen ser otros.
Cuando se inició la reforma del Puente Romano, el Ayuntamiento se vio obligado a cortar al tráfico la Ribera. Desde entonces, en estos últimos cinco años, los desvíos de taxis, autobuses y residentes se consideraron alternativos. Ya entonces, el arquitecto Juan Cuenca dibujó un proyecto para que una vez acabada la obra (o sea, mañana) se habilitara un carril para el paso de autobuses, taxis y otros vehículos de servicio público. Cuenca llegó hasta a diseñar las marquesinas de Aucorsa, distintas a las del resto de la ciudad, para la parada prevista de la Puerta del Puente. Pero ahora parece haber pasado como durante las obras de la calle Cruz Conde. También se diseñaron para soportar tráfico de taxis y autobuses (fíjense en el carril central de la calle Cruz Conde) pero a última hora el Ayuntamiento tomó la decisión de peatonalizarla totalmente al comprobar cómo la ciudad se había acostumbrado a perder esta arteria.
Ahora, distintos colectivos de asociaciones de vecinos del entorno Sur de Córdoba, el grupo municipal del PSOE, el coordinador provincial de IU, Pedro García, y algunos colectivos ecologistas plantean la peatonalización total de la Ribera. El propio alcalde, José Antonio Nieto, ha dicho que a él le encanta cómo ha quedado la Ribera y que tratará de que sea lo más peatonal posible. Pero que no será totalmente peatonal. Dos líneas de Aucorsa regresarán al entorno de la Puerta del Puente y también los taxis. Algunas fuentes hablan de que el tráfico podrá ser de unos 500 vehículos al día. Pero está por ver.
Mientras tanto, mañana Córdoba se volverá a asomar al río ya sin el atisbo de ningún andamio. Y ya por fin se podrá enterrar la discusión tabernaria de que la ciudad siempre le ha dado la espalda al río.
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