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Controles de alcoholemia en Navidad: “Por la tarde no suelen caer muchos, pero el que cae va doblado”

La Policía Local efectúa un control de alcoholemia | MADERO CUBERO

Juan Velasco

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“Por la tarde no suelen caer muchos, pero el que cae va doblado”. La sentencia la da un agente uniformado a apenas unos metros de un coche cuyo conductor está siendo sometido a una prueba de alcoholemia, de la que saldrá tras dar “cero cero”, la aspiración máxima de todas las personas que se ven involucradas en uno de estos dispositivos, tanto de quiénes soplan, como de quienes sujetan el etilómetro.

Efectivamente, es por la tarde. Concretamente, son las 17:00 de un martes, pero no de un martes cualquiera. Estamos en plena campaña de prevención del consumo de alcohol y drogas por Navidad en Córdoba, aunque el control, montado en apenas unos minutos en Arroyo del Moro, se prevé tranquilo, según explican los agentes que participan en el mismo a CORDÓPOLIS.

“En Navidad es que hay más actividad, pero entre semana igual también suelen ser tranquilos. En fin de semana todo se dispara. No hay nada más que ver la actividad de los taxis, que están todos trabajando”, explica el responsable de Policía Local, el subinspector Juan Díaz, coloquialmente conocido como Harry, que es quien se sitúa en primera línea para controlar el control, valga la redundancia.

El dispositivo cuenta con presencia de la Policía Nacional, dos agentes uniformados y armados con rifle de asalto, pues es un control conjunto, de los que se han estipulado dentro del Plan de Seguridad. La idea es hacer uno por turno, cortos, de una media hora. El alcohol y las drogas, si aparecen son papeleo para la Policía Local. Si lo que surgen son armas o hay órdenes de búsqueda o cualquier otro cometido más allá de lo que arroje el etilómetro o “el palito”, le tocará solventarlo a la Policía Nacional.

Harry, no obstante, fija la rutina de este tipo de control: “Algunos van bebidos, otros han consumido drogas y los hay que además, pueden llevar armas, navajas, cuchillos”, señala el subinspector de la Policía Local. “Pero nunca sabes lo que puede pasar”, añade Sancho, el agente de Policía Nacional presente, que indica que ellos por su parte, también han intensificado sus controles rápidos en zonas negras. En su caso, se trata de controles de seguridad, que incluyen cacheos y solicitud de identificación y en los que, ante posibles positivos, se solicita la presencia de Policía Local.

En algunos sitios, “si la Policía Local hiciera el control se quedaba sin boquillas”

El control tiene lugar en la Avenida Arroyo del Moro. La elección de esta vía o de cualquier otra es aleatoria, aunque se buscan puntos dinámicos y en los que haya varios carriles. En este caso, los vehículos que entran al control se quedan apostados en el derecho de la vía, mientras que los que no pasan son desviados por un carril secundario que ayuda a evitar aglomeraciones de tráfico. Sobre por qué este punto y no otro, Harry explica que no responde a ningún motivo en particular.

No obstante reconoce que en la ciudad hay algunos sitios en los que “si la Policía Local hiciera el control se quedaba sin boquillas”. No es el caso del control de esta tarde. Cincuenta personas son sometidas a las pruebas, y solo se sancionan a dos conductores por no tener pasada la ITV y a otro por dar positivo.

Ocurre cuando el control está siendo retirado y un coche conducido por un hombre sospechoso es requerido para la prueba. Los agentes descubren que circula sin ITV y le piden que se identifique. En ese momento, empiezan las evasivas. Primero mantiene que el coche lo acaba de comprar y que no tiene el contrato de compraventa. Después afirma no tener documento de identidad. Finalmente encuentra uno y se lo pasa a los agentes, que comprueban que es un carnet antiguo cuya foto les genera dudas. Así, preguntan a una de las ocupantes que se ha bajado del coche y ésta les dice el nombre del conductor, que parece ser el mismo que el del DNI.

Será el único positivo de una jornada en la que la nota más reseñable la ha puesto una mujer a la que le cuesta soplar el etilómetro y tiene que aclarar que es porque tiene dentadura postiza. Las evasivas a la hora de soplar no son nada raras en estos dispositivos. “Los hay que les cuesta soplar, que está resfriado, o que la máquina está mal, se interrumpe”, indica uno de los agentes actuantes, que también dice haber visto como algunos de los detenidos solicitaban un habeas corpus para que sea el juez el que le tome declaración o a otros que piden una prueba de contraste en sangre, que es mucho más precisa tanto para alcohol y drogas.

Uno de los casos más curiosos lo da otro de los agentes: “El año pasado, una mujer se acababa de arreglar y había usado un elixir bucal de alcohol y dio una barbaridad. La mujer no se lo creía. Diez minutos después dio 0,0”, señala. No obstante, lo habitual es que los positivos no bajen tan rápido.

En cualquier caso, también hay cierta clemencia respecto al infractor. Sancho, el agente de Policía Nacional indica que lo normal es que “vaya todo junto”. “Una sola droga no se consume. Normalmente, el que va puesto también da positivo en alcohol. Pero normalmente, si da positivo en alcohol, al ser un delito, los agentes no suelen hacerle el 'frotis' para detectar la presencia de drogas porque ya ha cometido un delito”, afirma.

Un total de 19 sanciones por alcohol y drogas en la campaña previa a Navidad

Para cuando acabe la campaña de la que forma parte este control, se habrán realizado un total de 919 pruebas y se habrán sancionado a 19 conductores. Concretamente, se habrán realizado un total de 916 test de alcoholemia con un resultado de 899 pruebas negativas y 17 positivos. De ellas se ha registrado 1 positivo por 0,15 miligramos por litro de aire espirado (tasa máxima para conductores profesionales); 13 por positivo de 0,25 miligramos por litro de aire espirado (tasa máxima para conductores de turismos) y 3 por tasas superiores a 0,60 miligramos por litro de aire espirado (infracciones constitutivas de delito, según el Código Penal). En lo que se refiere a las pruebas por consumo de drogas, en este periodo se habrán realizado 3 pruebas con 2 resultados positivos, ambas por consumo de cocaína.

La campaña conjunta termina pero no así los controles de alcoholemia y drogas, que siguen siendo igual de intensos entre Nochebuena y Nochevieja. Evidentemente, siguen apareciendo positivos, que son también una minoría, afortunadamente. Uno de ellos es Rafael -nombre ficticio-, un joven de 35 años, que es sancionado en un control de madrugada ubicado en el centro el pasado jueves, tras arrojar un resultado positivo de 0,60 miligramos por litro de aire espirado.

Rafael cuenta que esa noche había ido a cenar con unos amigos a la zona de María La Judía y decidió coger la moto. Había estado bebiendo cerveza durante la comida y también se tomó dos copas después de la comida. Aunque llevaba ya “un buen rato sin beber nada” cuando tocaba ir a casa. A pesar de la cuenta y de la oposición de algunos de sus amigos, decidió coger la moto, para así evitar tener que ir a por ella al día siguiente. Como casi siempre ocurre, el conductor sancionado se veía bien para conducir en “un pequeño desplazamiento”.

La reacción inicial cuando lo pillan es la de pensar que “ha sido mala suerte”, que es algo que “le puede pasar a cualquiera”. Pero a la mañana siguiente, cuando examina lo ocurrido, ya no es una cuestión de mala suerte sino de irresponsabilidad. “Pensar que lo responsable es no dejar la moto o el coche en plena calle es lo irresponsable”, afirma sin ocultar el peso de la vergüenza.

El bolsillo, por el contrario, le pesará muchos menos cuando pague la sanción. Cerca de 1.000 euros de multa -500 si la paga antes de un mes- y seis puntos menos en el carnet de conducir son el precio material de una decisión que, afortunadamente, no ha tenido otras consecuencias.

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