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El acusado de matar a otro por drogas duda entre dos testigos como los autores de los disparos

El acusado, en el inicio del juicio | MADERO CUBERO

Alejandra Luque

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El acusado de matar a otro por drogas en un paraje de Puente Genil ha declarado este lunes su inocencia y que el autor de los disparos “podría ser” uno de los dos testigos de los hechos. Aunque el acusado siempre ha mantenido clara la autoría -acusando a uno de los dos testigos-, en sede judicial ha introducido como supuesto autor a otro testigo y ha aclarado que nunca antes había “dicho nada” por miedo a “represalias”.

Los hechos ocurrieron el 18 de septiembre de 2012 sobre las 14:40, cuando el fallecido pidió a una persona que le acompañase a Puente Genil “para efectuar una entrega y así ganarse un dinero”, de manera que se marcharon los dos en una furgoneta. Cuando llegaron, estuvieron esperando hasta que se personaran en el lugar las dos personas que el vendedor envió para hacer la transacción, para posteriormente dirigirse hacia al paraje Arroyo Blanco.

Hasta ese punto de encuentro llegaron el acusado y un acompañante, que tenía el dinero que el fallecido iba a recibir por la transacción -poco más de 30.000 euros- y que le fue entregado por un segundo acompañante que, según el testimonio del procesado, “dijo que se iba a un sitio”. El acusado ha declarado que una vez que llegaron a la gasolinera del pueblo, se bajaron y anduvieron hasta el descampado donde se produjeron los hechos y en el que les estaba esperando la víctima.

Una vez allí, el fallecido le entregó a la persona que acompañaba al acusado “un paquete envuelto en papel, que supuestamente era un bloque de cocaína que se iba a vender”. No obstante, dicha persona le manifestó al vendedor que “dicha sustancia no era cocaína” y efectuó una prueba de pureza, comprobando que no lo era, pero la víctima mantenía que sí.

El acusado ha declarado que esto provocó un “forcejeo entre ambos” y llegó el segundo testigo -el que previamente había entregado el dinero al acompañante del acusado- “y se escucharon las detonaciones”, aunque ha asegurado que él “nunca vio la pistola”. A pesar de que en anteriores declaraciones ha mantenido que el autor de los disparos era este segundo testigo, ha comentado que como por aquel entones “estaba drogado” no sabe distinguir ahora quién sería la persona autora de las detonaciones de entre las dos personas. Ha asegurado desconocer, también, qué ocurrió con la supuesta droga.

Este cambio en su declaración se debe, según ha dicho, al miedo a las futuras “represalias” que puede sufrir ya que tiene “cuatro o cinco hijos”. No obstante, ha relatado que después de las detonaciones, el amigo que lo acompañó hasta el descampó le aseguró que el autor de los disparos había sido la persona que llegó en el momento en que se produjo el forcejeo.

Tras ello, el acusado y sus dos acompañantes y el acompañante de la víctima se marcharon del lugar de los hechos. Como consecuencia de los disparos, la víctima sufrió “shock hemorrágico o hipovolémico por disparo con arma de fuego de proyectil único –pistola–”, según el informe médico forense.

Durante la vista, la acusación particular ha explicado que el acusado “acabó con la vida de la víctima de forma cobarde” y que el dinero que ésta iba a recibir iba a ser destinado “al equipamiento y a la compra de los libros escolares” de sus hijos. La víctima ha sido “un puente y una cabeza de turco”, a su juicio.

Por su parte, la Fiscalía -que ha solicitado una pena de 18 años de cárcel por el delito de asesinato con la agravante de alevosía y otros dos años más de prisión por el delito de tenencia ilícita de armas- ha expuesto que el acusado sacó una pistola “de forma inesperada” y efectuó “cuatro disparos por la espalda”. Dos de ellos alcanzaron a la víctima y acabaron con su vida. La fiscal también se ha referido al atenuante de “reparación del daño causado” a la mujer de la víctima y a sus hijos y ha expuesto que el procesado “todavía no ha pagado ni un euro”.

A la pregunta de la fiscal que por qué estuvo huido un mes, el acusadoha explicado que nadie le notificó que le estuvieran buscando tras los hechos, de manera que “estaba trabajando en la aceituna en Alcolea del Río”, según ha dicho, a la vez que ha indicado que no sabe qué pasó con el paquete que llevaba el fallecido.

La defensa del acusado ha manifestado que uno de los testigos principales “estuvo acusado de tráfico de drogas y de ser autor de la muerte” de la víctima, a la vez que ha alegado que no se puede apreciar alevosía en su defendido ya que “la víctima podía haber previsto que se iba a producir una situación peligrosa” en el momento de la transacción.

La acusación particular ha solicitado 25 años de prisión por el delito de asesinato con la agravante de alevosía y otros tres más por el delito de tenencia ilícita de armas. La defensa ha pedido la absolución.

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