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A más de 3.500 kilómetros vuelve a hablarse cordobés

Militares de la Brigada Guzmán el Bueno X de Cerro Muriano han partido hoy a Líbano| MADERO CUBERO

Manuel J. Albert

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Un centenar de militares de la Brigada Guzmán el Bueno X de Cerro Muriano parten hoy a Líbano

La escena se repite en los últimos años en la estación de autobuses. Militares españoles con la boina celeste de los Cascos Azules Azules de la ONU calada. Petate a la espalda y parejas abrazadas. Forman parte del centenar de soldados de la Brigada Guzmán el Bueno X de Cerro Muriano, que una vez más parten a una misión internacional. Su destino vuelve a ser Líbano, un pequeño país de Oriente Próximo que vivió una larguísima guerra civil en los años ochenta y que sigue sumido en la inestabilidad, azotado por la presencia de grupos armados, la amenaza constante de una intervención israelí, los ecos de la guerra civil siria y el temor a la llegada del Estado Islámico a sus fronteras.

Los militares están, por cuarta vez, cumpliendo su mandato de garantizar el cumplimiento de la resolución 1.701 de las Naciones Unidas que puso fin a la guerra de 2006 entre el grupo chií Hezbolah y el ejército israelí. Uno de los soldados que ha salido esta mañana es el sargento Miguel Benítez, de 34 años, para quien va a ser su tercera misión en el país mediterráneo -también estuvo en Kósovo en 2007-. “En mis dos estancias anteriores he ido notando una mejoría en el país y espero volverla a ver ahora”, señalaba antes de la salida. Benítez no niega que siempre existe un porcentaje de peligro. “Son países que viven en la inestabilidad desde hace muchas décadas y aunque creo que en le sur del Líbano, que es donde nos desplegamos la cosa está más tranquila, toda aquella zona es complicada”, afirmó.

En todo caso, ese potencial peligro se reflejaba más en la cara de los familiares que acudieron a despedir a los militares que en la de los uniformados. Los primeros estaban en general más serios. Muchos llorando. Especialmente los niños. “Es su trabajo, se tienen que ir”, decía el padre de uno de los soldados a una mujer mayor. Tampoco las novias y jóvenes esposas de los militares parecían muy contentas de la separación de seis meses que les espera. “Bueno, al menos ahora tenemos Internet y las videoconferencias que podemos hacer”, se consolaba el cabo David Molino, con su hijo de cinco meses en brazos. “la próxima vez que esté con él ya andará y todo”, decía.

Este año se cumplen 20 años de la primera vez que los soldados con base en Cerro Muriano salieron a cumplir una misión en el extranjero. Fue en Bosnia, durante la guerra civil que asoló ese país de los Balcanes. En Líbano esperan otras dos rotaciones de soldados españoles.

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