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Descuidos imperdonables que toda mujer debe conocer por el bien de su pelo

MADERO CUBERO

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Son muchos los profesionales que aún no se han dado cuenta de la verdadera importancia que encierra el cabello, esa maravillosa fibra en donde ellos trabajan a diario con el intento de embellecer a las personas. Es una materia viva, única, con exclusiva personalidad y de unas características fisico-químicas que, al menos a mí, no deja de asombrarme día a día, más cuanto más lo conozco. Hasta el punto de ver en el cabello el punto clave o de referencia que se mira en primer lugar y muy por encima de cualquier otro adorno humano. No en vano, el gran dramaturgo español Alfonso Paso dejó dicho: “El cabello es lo primero que se observa en una mujer”. El cabello es lo primero que se observa en una mujer“.

Y esto no es todo en el cabello, por supuesto. Es –que no solo representa- quien le otorga a la persona determinados sentimientos potenciadores de personalidad que le harán sentirse feliz si está bien cuidado al interpretar las diferentes técnicas que en él se le realizan, más aún si es abundante y fuerte. Contrariamente, de no ser así, de encontrarlo ralo, mate, sin brillo, castigado y sin gracia alguna… ¿verdad que nos sentimos inferiores y como si nos faltara algo vital que nos merma empaque y donaire ante nosotros mismos y ante otros?

Pues fijaros bien: ambas particularidades –que debieran ser máximas a tener en cuenta- parece ser que no le dan importancia muchos profesionales del cabello (seguramente no se lo habrán inculcado sus profesores o porque lo ignoran, quién sabe), especialmente por esos que se hacen llamar estilistas (sin añadir por su parte de qué lo son).

Me ha bastado con verlo cuando cuando aplican un color, unas mechas o un ondulante capilar…, entre otros detalles que obvio adrede y que, a pesar de habérselo enseñado y razonado por mi parte en cursos, escritos y libros a ex profeso para ellos, aún siguen saltándose a la torera, así, como si el cabello fuera un cuero, una madera, una tela, un trozo de metal o cualquier otra materia sin sentimiento alguno o al que le basta y sobra con trabajarlo y listo, que ya está adecuado… para lucirlo en una vitrina o sobre un mueble. Y  no solamente lo anterior, sino cómo debe aplicarse las anteriores técnicas sobre el cabello en base a una peculiaridad genuina del cabello que obvian o desconocen tener: su higroscopicidad, esa peculiaridad que le hace absorber cualquier líquido y sus componentes hacia las puntas. 

Y aquí viene el tema que hoy quiero desarrollar para cuando deseéis haceros vosotras mismas un tinte o unas mechas en casa. Así le daréis “papas con sopa” a muchos que dicen ser profesionales del cabello teniendo un cabello mejor cuidado que por muchos de ellos/as. Igualmente, para exigírselo al peluquero o peluquera, si es que deseáis que sean ellos los intérpretes. Porque, de no hacerlo… ¡¡sape!! Ir a otra con mejores garantías… aunque desconfío que tampoco os realizarán el detalle que hoy os quiero resaltar, a pesar de que conozcan esa particularidad higroscópica en el cabello.

Veamos: Normalmente, los productos que se aplican en el cabello para estos trabajos de colorear o mechearlo es debido a que la raíz ha crecido y se quiere igualar con el resto, incluso añadiéndole más color, como en caso de los tintes. Bien. Pero no debemos olvida que las raíces crecidas son cabello natural y por lo tanto más resistente, por lo cual necesita de unos valores oxidantes y amoniacales que nada tienen que ver con los necesarios en medios y en puntas, puesto que estas zonas ya están coloreados de semanas anteriores, lo que significa que están más castigados (aunque apenas se note) con este tipo de tratamientos de ocasiones anteriores. Por este motivo es necesario que, a causa de absorber el cabello todos los componentes químicos concebidos en el color o en las mechas aplicados en las raíces hacia sus medios y puntas, una vez aplicado el color en las raíces, debe taponarse obligatoriamente la citada absorción o genuina particularidad higroscópica, ya que no hará otra cosa que castigar más las zonas descritas, que viene a causa de ser inferiores las potencias de oxigenada y de amoniaco necesarias. De no realizarlo, en cada ocasión que os hagáis o, contrariamente, os lo hagan en la peluquería, vuestro cabello se estropeará más y más y más en cada ocasión…, incluso partirse fácilmente con solo pasarle un cepillo. Y, por si fuera poco, tanto vosotras como la o el “profesional” os estaréis creando, inconsecuentemente, la necesidad de otros productos más caros con tal de solucionar los enredos, la falta de brillo, de flexibilidad y la fortaleza que fácilmente puede evitarlos de seguir mis recomendaciones.

¿Cómo hacerlo y lograr un pelo sin daño alguno? Es muy sencillo. Terminada la aplicación del color en las raíces (o cada zona de mechas), bastará con aplicar sobre el resto de pelo (medios y puntas) un rocío de agua mezclada con un poco de mascarilla ácida de un pH entre 4,5 á 5,5, en la proporción de un dedo de mascarilla y el resto de agua. De esta manera, además de taponar la absorción dañina, estaréis acidulando vuestro cabello en las zonas donde más lo necesita y, por añadidura, creando una protección contra la agresividad colorante al repartirlo en medios y en puntas, como sucede en el caso de los tintes, precisamente donde solamente necesitará –insistiendo- de inferiores potencias amoniacadas y oxidantes al de un pelo natural (sean con color o con canas), pues solamente le hace falta de un poco más del color y matiz a los perdidos (entre las cuatro-cinco semanas posteriores o que median entre tinte y tinte).

Si vais a una peluquería para que os hagan estos trabajos (incluso un moldeado o un alisador fijo) percataros de que así lo realicen. De lo contrario ¡¡darle vosotras una lección de cómo debe cuidar el cabello partiendo de insignificantes detalles pero imprescindibles!! Basta pensar un poco, solo un poco conociendo cómo es un cabello y qué reacción tiene cuando se le humedece. ¡¡Es como un terrón de azúcar!! ¿No habéis observado que el café sube hacia la parte de arriba cuando se le moja en él?

Os daré otros ejemplos: ¿Verdad que son los medios del cabello–y sobre todo sus puntas- lo tarda más tardan en secarse? ¿Verdad que en los casos de un 100 por 100 de canas estas se secan rápidamente pero en sus  puntas mantiene humedad? En ambos casos es debido a cuanto os he descubierto sobre el cabello, aunque en el primer caso, al ser coloreado, absorberá más humedad, más aún si está teñido, a causa de estar más hinchado el cabello gracias al oxidante y al amoniaco contenido en una tintura capilar.

¡¡Que cosas tiene el cabello!!

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