Cordobrexit
Dos noticias juntas quizás se entienden mejor que por separado:
Más de 21.000 cordobeses viven ya en el extranjero.
Y las exportaciones se disparan en Andalucía mientras caen en Córdoba.
En esta ciudad tendemos a mirarnos hacia adentro en vez de hacerlo hacia afuera en este mundo globalizado en permanente cambio. Hoy día sabemos que es imposible una autocracia, que un punto concreto del planeta funcione de manera independiente, sin tener en cuenta todo lo que está pasando alrededor y mucho más lejos.
En Córdoba está pasando algo preocupante. Estamos exportando población pero cada vez vendemos menos fuera. La mano de obra, casi siempre la más cualificada, está haciendo las maletas y buscando futuro en el extranjero. Mientras, nuestros empresarios, que lo intentan, cada vez venden menos productos fuera de España. El cobre cordobés, lo que tira de las exportaciones, está en manos de una multinacional. Y el olivar está sufriendo un problema de bajos precios que pone en riesgo a todo el sector. De la naranja, mejor ni hablar.
Córdoba siempre fue una provincia muy sensible a los cambios. A los nacionales y también a los internacionales. Pero también parece que presta muy poca atención a lo que está pasando ahí fuera.
Actualmente está surgiendo un enorme debate en Italia sobre qué hacer con China. Su gobierno ha firmado un acuerdo para incorporarse a la llamada Ruta de la Seda. China, que campa por el mundo dopada con dinero público, está buscando inversiones estratégicas. Córdoba lo es. Si quiere creérselo. El famoso tren que une España con China tendría parada en Córdoba, siempre que se mejoren las vías del mercancías y que de verdad se construya un ambicioso polo logístico.
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