El cartel y la responsabilidad
La polémica sobre el cartel contra la violencia machista es hija de nuestros tiempos. Y me explico. Apenas un par de horas antes de que estallara la polémica en Twitter, impulsada por Vox y extrañamente recogida por el PSOE e IU, el propio alcalde, José María Bellido, junto a la después linchada delegada de Igualdad, Eva Timoteo, y el resto de portavoces municipales (todos menos Vox) asistieron a la presentación de... la campaña.
Sobre las 10:00 de la mañana de este martes, los fotógrafos y cámaras de televisión asistían a un acto con el que se daba el pistoletazo de salida de una campaña que buscaba, precisamente remover conciencias. Que te pares a leer lo que estás leyendo en un mupi y te preguntes, ¿cómo es esto? Por que, ¿qué es si no la publicidad?
A esa hora, nada había pasado. Y nada habría ocurrido sin la enorme crispación que se vive en las redes sociales, donde cualquier cosa se multiplica a niveles asfixiantes, especialmente lo malo. Esta campaña, hace diez años, habría pasado casi inadvertida. Los periodistas habríamos ido a Capitulares, habríamos escrito nuestras noticias, la gente habría visto los mupis, algunos quizás se habrían indignado (la publicidad también es provocación, para remover conciencias) y otros muchos seguramente no.
La prueba es que al mediodía ya estaba liado el follón. El alcalde dijo que “como padre” entendía que la campaña era un error y había que retirarla. La propia concejala Eva Timoteo asumía ese “error” y ordenaba la retirada. Pero es que solo unas horas antes el propio alcalde usaba el eslogan de la propia campaña, “eduquemos en el amor”, en sus propias redes sociales.
https://twitter.com/jmbellidoroche/status/1326097665155862528
En los años del Twitter tenemos la piel fina y el botón de publicar muy rápido. Si no, no me explico la reacción del PSOE, secundada horas después por IU y sugerida hasta por el portavoz de Podemos, contra la campaña. Cabeza fría y reflexión tuvo la plataforma de mujeres contra la violencia machista, que defendió la campaña y a la delegada municipal de Igualdad ante el aluvión de críticas.
Por que, analicemos. ¿De dónde vino el chorreo? Sí, a nivel nacional de todo el entorno Vox y sus medios asociados. Aún hoy me sigo preguntando qué hacía la izquierda a ese lado, con otro tono, obviamente, que ha provocado que haya habido que cerrar la Casa de la Igualdad por las amenazas telefónicas que estaban recibiendo sus trabajadoras, y que la Policía Local tenga que estar vigilándola porque, en fin, algo malo puede pasar allí. Me parece absolutamente increíble que estemos escribiendo estas cosas.
Pero vamos a más. Esa práctica unanimidad en la condena del cartel se tradujo en un casi unánime silencio contra otra cosa que ha pasado en esta ciudad: que un grupo de personas fue denunciada por la Policía Local por no usar la mascarilla mientras cantaban el Cara al Sol a la hora en que obligatoriamente tenían que cerrarle un bar de la calle La Plata.
Todo esto me recuerda a Patria, el libro y la serie de la HBO. Desde la distancia, quizás es muy fácil criticar con todas nuestras fuerzas a los que apoyaban el terrorismo etarra. No tenemos vecinos abertzales y a los que conocemos pues a lo mejor solo los vemos por la tele. Me habría gustado ver a muchos de los que hoy critican, con razón, la violencia de ETA viviendo en un pequeño pueblo de Guipúzcoa. Igual, no sé, tenemos nosotros por aquí a gente a la que habría que condenar de vez en cuando por entonar himnos de un régimen que en Córdoba, no lo olvidemos, fusiló al 4% de la población de la ciudad en apenas tres meses de 1936.
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