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El amago

Alfonso Alba

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Dice la Real Academia de la Lengua Española que un amago es “un gesto que indica el inicio de un movimiento o una acción que no llega a consumarse”. En fútbol, los delanteros suelen amagar un regate o un tiro a puerta para despistar al defensa o al portero, y tener así la portería libre. A veces, los defensas y los porteros intuyen el amago y acaban quitándole la pelota a los delanteros menos virtuosos.

En política, los amagos se parecen mucho a los del fútbol. Si el que lo hace logra engañar al contrario probablemente acabará ganando. Si por el contrario es torpe y el rival adivina su movimiento, perderá el control de la situación, que se le acabará volviendo en contra. Más allá de estrategias, los amagos suelen ser intentos de engañar al otro para lograr un fin. Política de siempre en estado puro.

Esta semana nos estamos hartando de debate político. En el Congreso de los Diputados, todos los grupos nadan y guardan la ropa, con discursos incendiarios poco cercanos a acuerdos con el otro y más tendentes a contentar al propio electorado que a otra cosa. En Córdoba, todo lo que pase en Madrid acaba teniendo también su pequeña reproducción.

A nivel nacional, el acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos no ha sentado bien a la izquierda de los socialistas. A nivel local, Ciudadanos optó por aprobar los presupuestos del Ayuntamiento (que por cierto ha elaborado una concejala de IU, Alba Doblas) mucho antes de que Pedro Sánchez y Albert Rivera firmaran su acuerdo. Su suma no gustó, principalmente en la agrupación de electores Ganemos Córdoba. El voto de sus cuatro concejales era hasta entonces imprescindible para que el cogobierno sacara adelante cualquier iniciativa. Lo sigue siendo, pero no tanto. Si Ciudadanos comienza a apoyar o a abstenerse las políticas del cogobierno, Ganemos solo podría tumbar sus decisiones sumando sus votos a los del PP y UCOR, un peaje que la agrupación de electores no está dispuesta a pagar.

Esta semana se han cumplido diez años de la inmatriculación de la Mezquita. En esta década, ha habido tiempo suficiente para tener informes jurídicos que determinasen si la década significaba que la Mezquita ya era de la Iglesia o no. Pero esta semana, a cuatro minutos de que culminase este supuesto plazo, han llegado las prisas, y los amagos. Queda mucho partido en Capitulares y desde el inicio apenas si han pasado nueve meses. Como un parto, vamos.

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