Como antes
En Almería han estado buscando extras para la próxima superproducción de
Ridley Scott sobre Moisés, los 10 mandamientos, la apertura de las aguas... No sé cuántos. Miles. Miles de personas se acercaron e hicieron cola con vocación de convertirse en egipcios o israelitas que hagan bulto en la pantalla. Como ya hicieron sus padres y abuelos para rodar Lawrence de Arabia y otros centenares de películas en los años sesenta y setenta. Empujados más por el hambre que por el amor al séptimo arte.
Mientras tanto, en la otra punta de Andalucía, casi cerrábamos la frontera con Gibraltar. Como hicieron nuestros abuelos y bisabuelos antes que nosotros. Con la misma visión miope y mezquina. Con las mismas excusas patrioteras de siempre.
Como hicieron nuestros padres, volvemos a atar las maletas con una cuerda y a marcharnos a buscar trabajo. El trabajo que no quieren hacer los ingleses o los alemanes. Y ya no lo hacemos como nuestros hermanos mayores, para aprender un idioma, conocer una cultura o vivir una experiencia. Lo hacemos para comer.
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