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Córdoba Fracking

Ángel Ramírez

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Hay cosas que no puedo evitar ver desde la distancia. Pienso en el cambio climático o en el fracking y me imagino un alienígena tipo Men in Black leyendo en una proyección un informe sobre los terrícolas, o un investigador del año 2227 analizando como fue la decadencia de la era industrial. Su dimensión te hace tomar distancia para poder ver y eludir los debates cortoplacistas. Y cuando uno se aleja se queda perplejo. Llevamos unos doscientos años explotando de forma intensiva los hidrocarburos, cada vez es más difícil y caro y la demanda no deja de crecer. Los hidrocarburos son un stock , es decir una cantidad fija producida durante millones de años y de imposible renovación. El petróleo no se “produce” como siguen diciendo en nuestros informativos, realmente se consume, por lo que cuanto más se extrae, menos tenemos.

Como hay gente muy creativa ante la adversidad, ahora (en EEUU llevan décadas haciéndolo) han decidido perforar la tierra para, mediante la inyección de enormes cantidades de agua y un coctel de al menos 260 sustancias químicas presentes en 197 productos, algunos de ellos tóxicos, cancerígenos o mutagénicos, obtener gas no convencional. Se recupera entre el 15 y el 80% de los fluidos inyectados, quedando el resto bajo tierra, junto con los aditivos de la fractura  y sus productos de transformación. Imposible garantizar que las fracturas no aumentan los riesgos sísmicos, que la contaminación no llega hasta los acuíferos o incluso las aguas superficiales, o que las cantidades de metano liberadas en la operación no agravan sustancialmente las emisiones causantes del cambio climático.

Cuando vean el informe el alienígena o el investigador pensarán que lo nuestro fue propio de un carácter obsesivo compulsivo, de una enfermedad de la voluntad o del entendimiento, que nos faltó una inteligencia reguladora que frenara estas tendencias autodestructivas. EQUO Córdoba que, otras cosas no, pero moral tiene un montón, va a intentar que la Diputación y el Ayuntamiento de Córdoba sean esa inteligencia reguladora, y con tal fin va a presentar una serie de mociones para que se declare el territorio de la provincia y la ciudad libre de fracking. Es que, se me olvidaba, mañana es el día mundial del medio ambiente.

Como cuento ya con la negativa de nuestros próceres acéptenme una transaccional, ni para ti ni para mí. Aprobamos una moratoria, así de tapadillo, y nos quedamos con el término, que ése sí mola. Ya que se ve que lo de Córdoba Universal y Córdoba Flamenca ha quedado un poco en NODO style, le ponemos a la cosa (la que sea) Córdoba Fracking o Fracking Córdoba ( no me digas el pedazo de producción, puro branded content) y lo petamos. No significa gran cosa, rompedor (eso está claro), modernete, un gerundio, en inglés… un bastinazo. Y así, de un plumazo, pasamos del burdo industrialismo a la nueva economía de la creatividad y el conocimiento (me lo acabo de inventar, es que no paramos…). Atrévanse.

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