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El reality show del narcotraficante VIP

Marian Castro

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La espectacularización de la realidad turba a más de uno y más de dos, ese afán por el egocentrismo de la fama y la posteridad. Le ocurre -como a muchos otros metidos a políticos- al delincuente más buscado: Joaquín Guzmán conocido como El Chapo, el mayor narcotraficante del mundo. Tras su segunda fuga de una prisión de alta seguridad (sí, muy alta, muy alta) fue detenido nuevamente el pasado viernes en un motel en Sinaloa, México. Precisamente en sus ansias de rodar su propia película y dar a conocer la historia de su vida -que debe parecerle muy cinematográfica a este señor- se llegó a reunir con el actor norteamericano Sean Pean, gracias a la mediación de la actriz que encarnó La Reina del Sur, la mexicana Kate del Castillo. Todo muy de guión de telenovela. De ese encuentro y conversaciones con el actor de Hollywood surgió una entrevista publicada en la revista Rolling Stone y contactos para producir su propio biopic. Hoy está en los titulares de la prensa internacional, mucho marketing.

Todo es surrealista en esta historia, desde sus fugas minuciosamente preparadas y no exentas de polémica precisamente por lo espectaculares, el anuncio en televisión del presidente de México Enrique Peña Nieto, tratando de sacar rédito de la mucha seguridad pública y trabajo de inteligencia que tiene este país, y ahora esta entrevista acordada tras esa segunda fuga del Chapo... Vamos, parece un Gran Hermano VIP al que sólo faltaría el Pequeño NicolásPequeño Nicolá enviando alguno de sus famosos whatsapp...

Varias series de televisión basadas en la vida de narcotraficantes famosos, tanto de México como de Colombia, llevan tiempo acumulando audiencia y muchas veces me he preguntado si “endiosar” esa figura con algún guapo actor y actrices es beneficioso para esta sociedad, que se sorprende cada día de menos y normalizan la imagen de estos antihéroes o villanos. Sin embargo, luego leo comentarios de mis amigos mexicanos y pienso que su espíritu crítico no permitiría tal cosa, sólo en algún sector de la sociedad que vive pegado a esas dramáticas historias de telenovela. No falta en Twitter el reproche a Peña Nieto, ni la burla al villano que sueña con la fama, ni la demanda de atender verdaderamente los problemas más endémicos del país, ni el sarcasmo para determinar cuándo será la siguiente fuga... Apagar el reality show de la noticia y de los advenidos personajes que viven del mísero minuto de fama de la forma más ruin (Ruiz...).

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