En un momento determinado de la película Inside Llewyn Davis, el protagonista, un tipo normal que se cree mejor de lo que realmente es, se desarma delante del espectador: “Estoy cansado. Pensé que solo necesitaba una noche de sueño, pero es más que eso”.
Desde el momento en que escuché la frase y la forma en la que Oscar Isaac la pronunciaba, se me pegó al alma. De tal manera que la tenía guardada desde entonces en la carpeta de borradores de mi bandeja de entrada del correo por si algún día quería escribir una columna sobre ella.
¿Qué tiene ese diálogo? Básicamente es un resumen del sentir general y existencial de una generación que, como la mía, nos creímos siempre destinados a algo grande, y descubrimos que la épica, en realidad, consistía en soportar jornadas maratonianas de trabajo y vivir al límite el fin de semana. Y que los lunes eran entonces el “más que eso” de lo que hablaba Llewyn Davis.
Así transcurría ¿felizmente? la vida, nuestra vida, cuando todo se paralizó hace un año. Desde entonces la épica es distinta los fines de semana, pero irrazonablemente parecida de lunes a viernes. Tan irrazonablemente parecida que se leen noticias de empleados que piden a sus jefes trabajar menos de 95 horas semanales.
Vivir de casa al trabajo y del trabajo a casa ya era duro cuando había un mundo sin miedo durante dos míseros días. Un mundo en el que la libertad era tan simple como ir de bar en bar pudiendo exhibir la sonrisa o excursionando a una playa con la única ambición de pedir un plato de espetos.
En cambio, vivir de casa al trabajo y del trabajo a casa en un mundo en el que tienes que salir corriendo cuando descubres que has olvidado la mascarilla es una máquina de taritas. Y tengo la sensación de que lo que estaba mal antes sigue mal ahora. Y de que solo lo que estaba bien ha cambiado. Solo que ha cambiado para mal.
Así que pocos momentos más apropiados para hablar de salud mental que el que nos está tocando vivir. Es el momento perfecto para que la salud pública se haga cargo del cansancio que no se cura durmiendo.
Juan Velasco es periodista y promotor cultural. Desde hace un tiempo coordina el área de Cultura de Cordópolis. Antes de eso, ha sido durante una década colaborador de la Agencia EFE en Córdoba y en Guadalajara y también ha estampado su firma en prensa especializada como Enlace Funk o Vicious Magazine. Como disc jockey, bajo el alias Juani Cash, dirige desde 2015 la promotora Jukebox Jam! y ha sido dj residente y programador en Sonora Beach (Estepona) y Gran Baba (Cádiz). También ha impulsado en Córdoba el Festival de teatro InstanTeatro (2018) y ha trabajado en la programación y la producción del Festival RíoMundi en 2018 y 2019.
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