Amanece (a Carlos Cano y Enrique Morente)
DecadenciaTo el mundo me da de laoPorque me ve en decadencia.Pero yo me he echao la cuentaque el mundo no se acaba hoypuede dar otra vuelta.
(Morente. Sacromonte)
La voz de Enrique Morente sonó en el parto musical de Carlos Cano y la de Carlos en la muerte de Morente. Así tenía que ser. Y en el día de su entierro, una Estrella cedió su cuerpo para que lo usaran sus almas hermanas como una caja de resonancia de carne y hueso. A través de la garganta de su hija, Morente se despidió cantando que Granada vive en sí misma tan prisionera, que sólo tiene salida por las estrellas. Y en un instante que duró mil años, Carlos y Enrique se abrazaron para caminar juntos por última vez y para siempre por Granada. La ciudad que mata a sus hijos de soledad para recordarlos después con tristeza. Igual que su hermana, Córdoba. Igual que su madre, Andalucía.
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