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Sobre este blog

Sergio Gracia Montes es graduado en Derecho por la Universidad de Córdoba. En 2018 impulsa desde Córdoba el Centro de Investigación de la Extrema Derecha (Cinved), con el que analiza y estudia los movimientos populistas y extremistas en España y a nivel internacional. Gracia cuenta con amplia formación en materia religiosa, política y de derechos humanos, e interviene en medios nacionales (Cuatro, La Sexta, Huffington Post, El Independiente, El Confidencial o El Temps) como experto en fanatismos y movimientos de ultraderecha.

La masonería y otras teorías conspirativas de la extrema derecha española

Simbología de la masonería.

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Durante los últimos 80 años la utilización de las teorías conspirativas por parte de la extrema derecha ha sido una constante, algo intrínseco a su propia existencia, donde incluso alguna de ellas le costó la vida a más de 4.000 personas, siendo la mayoría fusiladas y enterradas en cunetas por su forma de pensar y creer.

Las teorías conspirativas han buscado justificar, esconder o utilizar de forma interesada tanto asesinatos como actos terroristas, donde muchos de esos actos llevados a cabo, incluso los quisieron vender como “atentados de falsa bandera”, pero esto se desmontó cuando el 2 de agosto de 1990 el presidente del consejo de Ministros de Italia Giulio Andreotti, reconoció que durante la Guerra Fría hubo una red en Europa de ejércitos clandestinos para impedir el ascenso de partidos políticos de izquierdas a gobiernos occidentales.

Las teorías suelen ser impulsadas por mentes dogmáticas dispuestas a comulgar con ruedas de molino, transformando las ideologías en creencias para llevar a cabo todo tipo de hipótesis que difícilmente se pueden argumentar.

Entre las teorías conspirativas más destacadas en estas décadas debemos señalar la continua referencia a la masonería, la operación Gladio, de la cual hablábamos anteriormente, el plan Kalergi que supuestamente busca eliminar la raza blanca, los atentados del 11-M, tal vez, el espectáculo político más bochornoso de nuestra historia, el gran reemplazo, la invasión musulmana, o la más reciente con la Covid-19 y las vacunas, y el mantra de vincular todo esto a la propia masonería.

Es un error creer que los conspiracionistas han surgido de un día para otro en España por la pandemia de la Covid, ya que estos llevan presentes en nuestra sociedad casi un siglo y sólo están pendientes de que se den las circunstancias adecuadas para enarbolar nuevamente la bandera del conspiracionismo y así justificar con ello todos los males que tiene nuestro país, siendo creados estos siempre según ellos, por los mismos grupos, ya sean estos masones, rojos peligrosos afines al “contubernio judeo-masónico” o cualquier otro grupo con interés espurio según sus opiniones y especulaciones, sin aportar ninguna prueba contundente contra ellos.

Es una tarea ardua razonar con un conspiracionista, porque lo suyo ya sería más un acto de fe que de demostración empírica, y donde siempre habría un poso doctrinal debido a su militancia

Contra la masonería en España

Hace unas semanas se presentó en Córdoba a través de una plataforma ultraderechista un libro cuya portada ya era una declaración de intenciones, donde esta volvía a vincular al demonio y al mal con la orden francmasónica. Pero ¿dónde y cómo surge la primera teoría conspirativa de la extrema derecha española?

Tras el golpe de estado del 36 y posterior guerra civil, una de las primeras medidas tomadas por el dictador Franco sería la promulgación de la Ley de Represión y de la Masonería y el Comunismo el 1 de marzo de 1940, donde en su preámbulo ya se exponían las causas por las que la dictadura consideraba que se debía perseguir a la Masonería.

Para su persecución, la Dictadura habilitaría el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo (TERMC), que se constituiría el 4 de junio de 1940, reorganizándose finalmente en marzo de 1941, y que estaría activo hasta los años 60, aunque la represión continuaría hasta los 70.

Pocos saben, que la III Internacional llegó a establecer la incompatibilidad a la hora de pertenecer a un partido comunista si se era masón.

La dictadura acusó a la masonería de participar activamente en la pérdida del imperio colonial, de promover la crueldad en la Guerra de la Independencia, así como en las Guerras Carlistas, además de potenciar la crisis de la Monarquía Constitucional de Alfonso XIII y ayudar a la caída de la Dictadura de Primo de Rivera.

Desde la promulgación de aquella Ley hasta nuestros días, la masonería ha sido caballo de batalla y tema recurrente para que la extrema derecha arme su discurso siempre que no ha tenido nada que decir ni que aportar al debate político. Sólo tenemos que ver las justificaciones burdas y zafias que estos grupos y políticos de extrema derecha afines, utilizaron durante el homenaje que rindió el Estado a las víctimas de la Covid-19, comparando este con un ritual masónico ¿Acaso alguno de estos individuos ha asistido a un ritual masónico? 

La teoría conspirativa de la masonería para los movimientos ultraderechistas españoles, es una cuestión que enardece y estimula a partes iguales la inventiva del exaltado, donde no es extraño ver en medios afines o en discursos políticos la utilización incluso a día de hoy, de una “retórica represiva” por la belicosidad y el odio con el que se dirigen contra este movimiento.

Mientras que la actual extrema derecha tan identificada con el franquismo sigue simpatizando con conceptos como “Imperio/Soberanía”, “Patria”, “Dios” o “Tradición”, aquellos que quieren destruir España, según ellos, los enemigos de esa Patria, hablan de términos como “Democracia”, “Libertad”, “Igualdad” o “Fraternidad”.

Si entramos en diferentes redes sociales como pueden ser Twitter, Telegram o Instagram, y buscamos los términos “masonería” o “masón”, podremos observar la continua utilización de dichos términos de forma peyorativa y despectiva por parte de grupos, movimientos e individuos afines a la extrema derecha, donde incluso podemos tener acceso a gran cantidad de documentación sobre lo que “supuestamente” es la masonería, sobre sus logias y supuestos rituales y símbolos, todo esto, habitualmente difundido por individuos que jamás tuvieron acceso a este movimiento. Pero no sólo sobre la masonería, también sobre otras teorías conspirativas anteriormente señaladas, en especial el gran reemplazo.

Cuando la verdad se abre paso y el proyecto visionario no es tal, se intenta vincular cualquier mal o supuesta degradación de los valores occidentales con chivos expiatorios de otros colectivos más vulnerables o minorías como judíos, musulmanes, inmigración o lgtbi.

En definitiva, las teorías conspirativas se han convertido en uno de los pilares esenciales sobre los que se sostiene la “nueva” extrema derecha, donde buscan simplificar los problemas reales que viven las sociedades en base a prejuicios ya existentes en estos individuos, pudiendo estas tener consecuencias devastadoras para la sociedad como ya hemos podido ver con la conexión de diferentes actos terroristas basados en algunas de estas teorías.

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Sergio Gracia Montes es graduado en Derecho por la Universidad de Córdoba. En 2018 impulsa desde Córdoba el Centro de Investigación de la Extrema Derecha (Cinved), con el que analiza y estudia los movimientos populistas y extremistas en España y a nivel internacional. Gracia cuenta con amplia formación en materia religiosa, política y de derechos humanos, e interviene en medios nacionales (Cuatro, La Sexta, Huffington Post, El Independiente, El Confidencial o El Temps) como experto en fanatismos y movimientos de ultraderecha.

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