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Llámame como quieras (pero llámame)

Un aficionado sostiene una bandera del Córdoba en Lugo | LOF

Paco Merino

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Cuando todo se está viniendo abajo y hay plena consciencia de lo que se viene encima, surge el amor en su versión más desgarrada. Hay veces en las que decir “te quiero” se queda corto o suena a cantinela. Cuando hay miedo a que la relación se rompa, el discurso se dramatiza: “Te necesito”. El Córdoba necesita al Córdoba. El club, la empresa, la sociedad o como quiera que quieran llamar a la entidad necesita a sus bases, a los que estaban, están y estarán ahí pase lo que pase porque tienen sus razones para hacerlo. El Córdoba -sus actuales rectores- ha llamado al Córdoba -los representantes de su afición, el corazón de la máquina- para intentar llevar a la práctica lo que hace apenas unas semanas pregonaba sosteniendo una pancarta en la Ciudad Deportiva. La unión. Todo el mundo sabe que esto se arregla con un puñado de victorias en el campo y que no hay marcador favorable garantizado por más que una afición acuda al estadio en masa, con predisposición y buen ánimo. Qué le van a contar al Córdoba, que tiene en El Arcángel la segunda mejor asistencia de público en la categoría de plata para ver sólo tres victorias en lo que va de curso y la última de ellas hace ¡cinco meses y medio!

El Córdoba ha llamado a quienes hace apenas quince días se reunieron en las puertas del estadio, bajo la lluvia, a cantarle las cuarenta a los que lo gestionan. También a los que defienden que la pasión es ciega y que no hay mejor forma de ayudar al equipo que ponerse la venda y animar a los jugadores hagan lo que hagan, tirando de fe para creer en lo que no se ve. Ya sea por amor, por interés, por placer o por piedad, habrá un llamamiento para que todos se unan en una sola voz. Habría que preguntarse si es creíble todo esto, pero mejor no hacerlo.

La gente no es tonta. Casi todo el mundo entiende de qué va esto del fútbol. Un día somos empresa porque acabamos de cobrar un par de traspasos. Otro somos club porque vamos a reclamar subvenciones a las instituciones. Los fines de semana toca ser equipo. En verano somos una tienda que vende camisetas rotuladas con los nombres de los nuevos, en invierno lanzamos ofertas de 2x1 en chaquetones y en primavera ofrecemos packs especiales de regalos para bodas y comuniones. Somos aficionados, somos clientes, somos enfermos del fútbol. Ahora, cuando todo se empieza a desmoronar, toca que somos sentimiento. Pues nada: vamos allá.

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