En San Lorenzo el rostro de Humildad
El conocido popularmente como Señor de las ‘Penitas’ es objeto de devoción en el templo fernandino desde los setenta | La talla, anónima del siglo XVIII, tiene su origen en la extinta iglesia de San Juan de Letrán | La imagen fue, en 1938, el germen de la hermandad de la Paz
Apoya el rostro en su mano derecha. Ésta acaricia suavemente una faz marcada por los cardenales y la sangre que provocan las espinas de su corona. Sentado, aguarda el instante en que ha de ser crucificado. Es reflejo de dolor. Es objeto de devoción. Quizá fue la pasada semana cuando muchos cordobeses conocieron su figura y sus gestos delicados. Los cultos con motivo del Año Jubilar de la Misericordia proyectados por el templo y por las corporaciones que en éste radican probablemente permitieron descubrir esta hermosa talla a quienes no supieran de ella. Sin embargo, se trata de una imagen grandemente venerada por el barrio. Ocupa la capilla del Sagrario de la Real Parroquia de San Lorenzo y es nombrado popularmente como Señor de las Penitas. Paciente espera Jesús de la Humildad, a la que además se encuentra ligada, de manera importante, la hermandad de la Paz.
La sangre también salpica su cuerpo, que presenta más heridas. Son la consecuencia de los azotes a los que fue sometido. Muestra serenidad y al tiempo fragilidad. Jesús de la Humildad es una imagen de autoría anónima, cuya hechura, muy probablemente, data del siglo XVIII. El dato lo aporta Rafael Rabasco, párroco del gran tesoro arquitectónico que es para la ciudad San Lorenzo. “Es una talla excelente. Representa el momento en el que Jesús es despojado de sus vestiduras. Los soldados se han echado a suerte sus ropas y su gesto expresa abandono. Ha sido despojado de su dignidad”, explica el sacerdote. Señala además que “no es un Ecce Homo”, como en muchas ocasiones es identificado iconográficamente.
Sentado a los pies de la Cruz, este Cristo es grandemente venerado por los feligreses del templo fernandino. “El desgaste que tienen los dedos de sus pies es signo de cómo la gente se acerca a su capilla y las manos han expresado esa devoción”, indica Rafael Rabasco, quien resalta que “es una imagen muy querida, a pesar de que no está arropada por ninguna hermandad”. “La gente le pone sus flores. El hecho de que una imagen esté cerca de los fieles hace que exista mayor afecto”, añade el párroco de San Lorenzo. Es muestra del sentimiento religioso de un barrio con gran acervo y de marcado carácter cofrade. Con todo, la historia del Señor de las Penitas no tiene su origen en la iglesia fernandina; sí de un lugar muy cercano.
Porque la imagen de Jesús de la Humildad llegó a San Lorenzo a mediados de los setenta. Probablemente en el primer lustro de esa década. Lo hizo procedente de la extinta, que no desaparecida, iglesia de San Juan de Letrán. Situada en la plaza del mismo nombre, sólo unas calles más allá, en la ajustada delimitación con el barrio de San Agustín -es encuentro de las calles Frailes, Montero y Jesús del Calvario-, tiene su origen en 1551. Con todo, fue erigida como parroquia en 1954 por Fray Albino -Obispo de Córdoba. En 1973, ni siquiera 20 años después, fue decretado su cierre oficial. Entonces, “como el resto de las propiedades que allí se encontraban, pasó a San Lorenzo”, explica Rafael Rabasco. De aquella época a los días actuales, el barrio forjó una sincera devoción por el Señor de las Penitas, en torno al cual “se fraguó la hermandad de la Paz y Esperanza”.
Germen de la hermandad de la Paz
En la iglesia conventual del Santo Ángel tiene su sede canónica una hermandad cuyo origen se encuentra en la imagen que hoy, desde hace algo más de 40 años, custodia San Lorenzo. “Nos situamos en la ciudad de Córdoba el Jueves Santo de 1938, en la desaparecida ermita de San Juan de Letrán, del popular barrio de San Lorenzo. Un grupo de amigos, vecinos y combatientes de la Guerra Civil que en aquel momento se sucedía en nuestro país se reunían en torno a una antigua imagen de Cristo, llamado de la Humildad y Paciencia […]. De esta reunión mantenida entre este grupo emergió la semilla de una hermandad de penitencia”, explica en su web la cofradía de la Paz. En efecto, la corporación del Miércoles Santo tiene su germen en la talla del Señor de las Penitas. “Terminada la Guerra Civil, tal y como acordaron, se procedió a la fundación de la misma”. Corría el año 1939 y el paciente Cristo era, “probablemente” en palabras de Rafael Rabasco, el futuro titular de la corporación en la actualidad radicada en Capuchinos. Poco después tuvo lugar la bendición de María Santísima de la Paz y Esperanza.
Si bien la hermandad se estableció en un inicio en San Andrés, San Lorenzo nunca dejó de estar presente. El traslado de la imagen de Juan Martínez Cerrillo a la iglesia conventual del Santo Ángel se realizó, el 24 de febrero de 1940, desde el fernandino templo. La talla se encontraba en la vivienda de uno de los más destacados miembros del grupo fundador de la corporación, Juan Calero, tras divergencias con el párroco de la primera de las iglesias. Sólo tres años después, tenía lugar la bendición de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, obra también del insigne Martínez Cerrillo. El Señor de las Penitas quedaría definitivamente en el barrio en el que continúa en el presente. Pero la cofradía de la Paz no olvidó sus orígenes cuando celebró el 75 aniversario de su fundación: la talla formó parte, importante, de la exposición realizada con motivo de la efeméride en el Oratorio de San Felipe Neri.
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